La última actualización del catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia mantiene invariable el statu quo de la floresta coruñesa. El triunvirato de los árboles de la ciudad sigue estando formado por el metrosidero del jardín de la Policía Local, los olmos del jardín de San Carlos y el palmeral canario, aunque el plan especial de Ciudad Vieja y Pescadería ficha otra serie de ejemplares a los que también les otorga protección.

Según una publicación de la Xunta, firmada por Antonio Rigueiro José Bernárdez y Carlos Rodríguez, el majestuoso ejemplar de ascendencia neozelandesa que cobija la Policía Local, "no dispone de suficiente espacio para manifestarse con toda su potencialidad". Aún así, señala el libro Árbores de formación senlleiras de Galicia (2008), ofrece "la excelente arquitectura" de los árboles de su especie. El tronco se ramifica en cuatro grandes brazos que nacen en sentidos opuestos, "lo que configura una copa globosa y de grandes dimensiones". Desde sus ramas cuelgan una maraña de raíces aéreas, como barbas largas, que llegan al suelo, "generando una composición de gran exotismo, vistosidad y hermosura". Tiene 20,4 metros de alto.

Los olmos del jardín de San Carlos tienen también galones. Los autores de la publicación hablan de la proliferación de esta especie como árbol ornamental caducifolio "hasta que hace unos lustros la enfermedad de la grafiosis fue causando daños en ellos". En el parque romántico, el monumento vegetal catalogado está formado por un nutrido grupo de olmos holandeses de grandes dimensiones "con diferentes morfologías y dimensiones", de entorno a los 26 metros de altura. La Xunta señala que este tipo de olmo es más resistente a la devastadora enfermedad.

El libro tienen un apartado especial dedicado al entorno del olmedal, en el que destacan la "vinculación existente entre el mundo de la piedra y el mundo de las plantas: una extramuros, donde predomina el primero, y otra intramuros, donde prima el segundo". Destacan que el jardín de San Carlos es uno de los jardines públicos más antiguos de Galicia, ya que fue creado en 1834, estando concebido, desde sus orígenes, "como un jardín funerario para albergar los restos mortales de Moore", que además ha conservado su configuración inicial "con bastante fidelidad".

La tercera pata de la nobleza del arbolado urbano está en los jardines de Méndez Núñez, nacido a partir de 1870. Si bien el plan especial destaca también un ombú, las kentias y un eucalipto diversicolor, el catálogo destaca al rey de las rosas reinas de la Rosaleda: el palmeral canario, de un siglo de edad. Está formado por dos grupos de palmeras, el primero próximo a la estatua de Méndez Núñez (dos filas paralelas) y el segundo las unidades aisladas en la zona de los rosales.