La búsqueda de un importante alijo de drogas que permitiera imputarles un delito de tráfico de drogas a gran escala fue el objetivo de los registros efectuados por agentes de la Guardia Civil el pasado mes de febrero en A Coruña dentro de la operación Mesías, en los que las pesquisas se centraron en un taller de reparación de automóviles próximo a Juan Flórez, un despacho de abogados de esa misma calle, así como en la vivienda del jefe de la organización, un antiguo responsable de la seguridad del Playa Club, situada en la calle Orillamar.

Además de estos lugares, los miembros de los Equipos contra el Crimen Organizado (ECO), una unidad de élite de la Guardia Civil, registraron otros dos pisos en la ciudad, pero en ninguno de ellos consiguieron localizar un importante alijo que habría sido definitivo para la investigación. La actuación desarrollada en febrero en el taller de reparación había llamado la atención de los vecinos del entorno del mercado de Santa Lucía, pero la Guardia Civil no proporcionó información sobre ella hasta la semana pasada, una vez que consideró cerrada la operación.

La defensa del propietario de este negocio, Julio V., considera desproporcionado que se le mantenga en prisión, ya que solo se le intervinieron 81 gramos de cocaína que sin las sustancias con las que se mezcló quedaría en menos de 40. El letrado destaca además que este acusado carece de antecedentes penales y que no existen datos sobre que llevara un tren de vida superior a los ingresos que le proporcione su taller, que se encuentra cerrado desde la detención de su responsable.

El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, afirmó ayer que la detención de estas personas impidió que se montase en A Coruña un laboratorio para la elaboración de drogas. "Si no se hubiese producido la actuación policial, probablemente hubiese concluido en eso y con una mayor distribución", declaró Villanueva, quien calificó como "concluida" la operación de la Guardia Civil.

Pese a las numerosas detenciones efectuadas por la ECO entre los miembros de esta organización y al descubrimiento de numerosas anfetaminas, aparatos para el pesaje y manipulación de droga y dos vehículos para transportarla, el hecho de que la única cocaína aparecida fuese la descubierta al propietario del taller hace que la defensa de Miguel Ángel G.L., el jefe de la organización, califique de "fracaso" la operación desarrollada por la Guardia Civil.

El hecho de que otros supuestos miembros de la red hayan sido detenidos en los últimos meses en aeropuertos nacionales y extranjeros cuando transportaban droga, e incluso la intervención en el puerto belga de Amberes de un contenedor en el que se escondían 315 kilos de cocaína, no suponen una preocupación para el defensor del líder de la organización. En su opinión, si tras todas estas detenciones no se llevó a cabo el descabezamiento de la banda, es porque no existían las pruebas necesarias para hacerlo, que a su juicio trataban de encontrarse con los 17 apresamientos realizados el mes pasado, 12 de los cuales fueron en A Coruña.

Otro de los aspectos descubiertos durante las investigaciones es que los supuestos narcotraficantes tenían entre sus clientes a personas muy conocidas en la ciudad por sus ocupaciones profesionales y su relevancia social, a las que posiblemente accedieron gracias a los contactos que el cabecilla de la red tenía por su antigua actividad en el sector de la hostelería, actividad en la que también trabajan otros de los detenidos.