El concierto Las ocho estaciones rinde homenaje a Antonio Vivaldi y a Astor Piazzolla en el Teatro Colón de A Coruña este viernes a las 21.00 horas.

Camerata Nuestro Tiempo conjuga bandoneón, violines, violas, violonchelo, contrabajo y clave para garantizar la calidad interpretativa de piezas musicales emblemáticas.

Artistas de talla internacional se presentan en exclusiva en la ciudad para reafirmar el talento de dos virtuosos, uno de la música clásica y otro del tango contemporáneo, estilos tan dispares como cercanos.

Integran la agrupación Fumika Yamamura y Gabriel Bussi en violín y Matías González en bandoneón, así como Ángel Marote, Mihai Tanasescu, Lucía Couto, Raymond Arteaga, Raquel San Pedro, Luis Enrique Caballero, Diego Zecharies, Risto Vuolanne y Fernando López. Este concierto guía al espectador hacia un paseo inigualable por el barroco europeo de Vivaldi conjugado con los aires más porteños creados por Piazzolla tres siglos después.

Las entradas, de 10 y 15 euros, pueden adquirirse en el quiosco de la plaza de Ourense, Sede Afundación (Cantón Grande, 24), Taquilla Teatro Colón y por internet en Ataquilla.com

Recordamos que el italiano Antonio Vivaldi compuso sus famosas cuatro estaciones como parte de una colección de conciertos llamada Il cimento dell'armonia e dell'inventione Op. 8, traducido en ocasiones como La lucha entre la armonía y la invención Op. 8 (1725). En esta colección Vivaldi incluyó doce conciertos para violín solista, cuerdas y bajo continuo. Los cuatro primeros conciertos, que constan de tres movimientos cada uno (rápido-lento-rápido) son conocidos como Las Cuatro Estaciones. En ellos incluye efectos sonoros que describen a la perfección el fluir de la naturaleza durante las distintas épocas del año. Por su parte, cuando Astor Piazzolla dio vida a sus Cuatro Estaciones Porteñas, lo hizo de manera muy diferente, aunque inspirado en Vivaldi en aspectos como la estructura, el concepto o el virtuosismo.

En el momento de la creación el artista no pensó en un conjunto de piezas de una colección, sino en partituras individuales escritas entre los años 1965 y 1970. Lo cierto es que con el paso del tiempo terminaron por agruparlas, con acierto, en una suite que ha recorrido todo el mundo.

El sentimiento nostálgico que Piazzolla fue capaz de describir en sus cuatro estaciones y en sus composiciones en general, es inseparable a su propia naturaleza por lo que el público, con frecuencia, es receptor del altísimo contenido artístico que con tanta sensibilidad expresa esta música con indiscutibles raíces tangueras.