Las llamadas turboglorietas están siendo instaladas en diferentes ciudades españolas, como es el caso de Oviedo, como prevención para evitar los accidentes que se registran en las rotondas por los cambios de carril de los conductores. Su principal ventaja reside en la eliminación de puntos de conflicto en su interior, puesto que su diseño impide los desplazamientos laterales una vez dentro de estas. La elección del carril de acceso es determinante a la hora de entrar en la glorieta para poder llegar a la salida deseada.

El Ayuntamiento todavía no se ha pronunciado con respecto a la posible implantación en la ciudad de un sistema común en Europa, sobre todo en Países Bajos, Reino Unido y Alemania. En A Coruña, rotondas como las de A Grela y Matogrande reproducen modelos parecidos, aunque no idénticos. En ellas, los conductores que circulan por el carril exterior son guiados hacia la salida de la rotonda por la señalización pintada en la calzada, aunque podrían seguir su recorrido por la glorieta.

Diferentes colectivos relacionados con la seguridad vial consultados por esta redacción aprecian ventajas y desventajas en la introducción de las turboglorietas. El presidente la asociación profesional Tele-Taxi, Manuel Sánchez Quindimil, opina que el problema no radica en las glorietas o su estructura, sino en la educación de los conductores con respecto a las normas viales. "Tendríamos que reeducarnos todos los conductores, para que este y todos los tipos de rotondas funcionen. Me he fijado muchas veces y la gente, por lo general, no sabe tomar una rotonda correctamente", explica el presidente de esta agrupación de taxistas. Además, entiende que esta medida podría ser "perjudicial" para la gente que no es de la ciudad o incluso para los taxistas, quienes, a veces, al entrar en una rotonda, no saben bien por donde van a salir por las dudas de sus clientes o por los cambios que hacen en su recorrido.

El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de A Coruña, José Manuel López, también hace hincapié en la educación vial, y deja en un segundo plano las rotondas y su configuración. "Todo lo que tenga un peralte en una rotonda me parece peligroso. El problema no son las rotondas, sino que no sabemos conducir", indica López.

Por el contrario, el presidente de la Asociación Profesional de la Policía Local, Manuel Aceña, sindicato mayoritario en el 092 de A Coruña, entiende que las turboglorietas pueden ser beneficiosas para la circulación, así como para reducir el número de accidentes. "En mi opinión, estas glorietas resuelven bien el problema. Pierden en parte la forma circular para dar lugar a una circulación muy canalizada. No ofrecen ningún peligro", afirma Aceña. El diseño de las actuales, que da lugar a error, y la controvertida educación vial, son los argumentos que defiende Manuel Aceña para la instalación de las turboglorietas.