La Santa Compaña puso el ojo el sábado en Carlos Marcos. En una procesión celebrada a imitación de una de las leyendas más temidas de Galicia, uno de los integrantes de la aterradora comitiva trató de cargar al líder de Unión Coruñesa con el crucifijo que, según la leyenda, le condenaría a vagar con las almas en pena.