La Semana Santa, la última completa de este mes, abrirá por quinto año el ciclo de visitas guiadas teatralizadas promovidas por el área municipal Turismo de A Coruña. La iniciativa, que durará hasta diciembre, está formada por ocho rutas, cada una guiada por un personaje histórico -y la gata Catuxa- al que darán vida cuatro guías profesionales que narrarán aspectos singulares de la ciudad. El programa se detendrá en lugares como la Torre de Hércules, la Ciudad Vieja o el cementerio de San Amaro a través de personajes como Eusebio da Guarda, María Pita o Sir John Moore. Suso Martínez es el coordinador de las visitas.

-¿Qué novedades presentarán las visitas de este año respecto a las de los cuatro anteriores?

-Son las mismas visitas, ocho, pero hay variaciones. En la visita al cementerio, que siempre está a tope de público, el máximo de 30 personas, al cumplirse este año el centenario de As Irmandades da Fala y del levantamiento de Pascua, lo que es la revolución irlandesa, habrá guiños a Irlanda y cambios en la propia ruta. También el guerrero celta Mil Espanne, en la Torre de Hércules, renovará parte de su vestuario. Y la casaca guerrera de Antonio de Hevia Pumariño en la visita al monte de San Pedro será la original, no una réplica sino una joya que debería estar en un museo, la misma que lleva el marqués de San Martín en el cuadro que tiene en el Palacio de María Pita.

-¿Qué tipo de público responde mejor en las visitas?

-Funcionan muy bien, eso han demostrado en este lustro, que se dice pronto. Porque es algo más que una visita turística al uso. Yo tengo clarísimo, y se puede preguntar a los usuarios, que una persona de fuera que llega a A Coruña y participa en todas las visitas se va de la ciudad teniendo muy clara su importante historia, que es compleja, larga, variada y señorial. Para ellos es extraordinario. Pero la gente de A Coruña me dice también que esto es un todo un producto cultural. Hay que tener en cuenta que funcionan muy bien en temporada baja, en invierno, porque los coruñeses conocen la ciudad desde un punto de vista pedagógico, con historias internacionales en clave muy local, y se pasan una hora y media de paseo muy agradable.

-¿El público participa, pregunta, se interesa?

-Sí y no, depende (risas). Es que hay personajes opuestos con personalidades muy distintas. Es muy difícil preguntarle algo a Picadillo, pero es más fácil hablar con Sir John Moore. Mil Espanne habla como en una epopeya... En todo caso, la gente aprende muchas cosas y se lo pasa bomba.

-¿Su personaje favorito?

-Es muy complicado responder a eso. Cada historia es diferente y en todas me impliqué mucho, es el resultado de años de documentación e investigaciones.

-¿Y su visita preferida?

-El cementerio de San Amaro es un recinto muy especial: la visita es de noche, hay fuego de antorchas, alusiones al mundo de la muerte en los países celtas... Yo me fagocito un poco más con ese escenario y con el personaje de ese alma en pena que es Fiz de Cotobelo, extraído de El bosque animado de Fernández Flórez.

-¿Qué ventajas tienen estas rutas guiadas para la promoción de la ciudad?

-Las ventajas son todas. En este mundo globalizado, con tanta TIC en todas partes, hay que diferenciarse. Estas visitas las tratamos de convertir en una aventura, en una máquina del tiempo en la que los guías, que somos unos fanáticos, forzamos al público a meterse en el túnel del tiempo. Y luego hay algo que es un lujo para el turista, que sean gratuitas. Les parece increíble e inexplicable que sean gratis, cuando en cualquier sitio pagas unos 20 euros. Y son unas visitas muy difíciles de hacer. Hay que ser guía oficial de turismo y tener algo de actor, y eso no es fácil para todo el mundo.