Los vecinos de Feáns lo tienen claro, son de A Coruña, pero su vida se desarrolla en las calles de su barrio y, sobre todo, habiendo traspasado las puertas de los bares. "Por la mañana hay más actividad, vienen trabajadores, pero a partir del mediodía viene más la gente del pueblo a tomar el café y el vinito de antes de comer y, por la tarde, también vienen los vecinos", explica Gloria Iglesias, del Café O Muíño, que la cartera del barrio define como "el mejor" de toda la zona "por la repostería casera".

Julio Candame es vecino de Feáns desde que nació y, lo que más le gusta del "pueblo" es que se conocen "todos" y que "está tranquilo". En los encuentros de A Porta Aberta, los vecinos de Feáns señalaron que tenían su propio centro y que los lugares de relación los tenían muy cerca de casa: los bares. No necesitaban llegar hasta la plaza de María Pita a diario para hacer sus compras ni salir de los límites del núcleo rural para llevar su vida.

"El tráfico cambió un montón, porque hicieron la urbanización Breogán y Obradoiro, y se nota atasco, pero tenemos buenas conexiones con el autobús. Si tenemos que ir a A Coruña, tenemos que pensar muy bien cuándo vamos porque hay horas complicadas", explica Gloria Iglesias.

Elena Sánchez, la cartera de Feáns, asegura que le gusta el barrio porque "estando cerca de la ciudad conserva aún su lado enxebre", su encanto rural. Comenta que, durante el reparto ve "faisanes, ardillas y liebres" que todavía no se han resignado a abandonar el campo. Muchas de las casas conservan todavía sus huertas y consiguen que el olor a puerros recién cortados inunden sus garajes.

A uno de los vecinos que sale todos los días "a dar unha voltiña" Feáns le gusta igual que siempre, lo que no le gusta es hacerse mayor. "Da pena no hacer las cosas que hacías antes", explica, con el paraguas en la mano y camino del bar, a dejar que pase la mañana.