Las corales y las bandas de música adquirieron una enorme importancia a finales del siglo XIX y principios del XX a impulsos de los movimientos asociacionistas. Y mantuvieron el amor por la música a nivel popular. Que una coral polifónica se mantenga felizmente viva, tras sortear los terribles avatares políticos y económicos de estos últimos siglos, es algo extraordinario que una ciudad debe valorar de modo muy especial. El Eco ha cumplido 135 años, desde aquel lejano 1881 cuando lo fundó Pascual Veiga. Y eso lo convierte en la agrupación vocal más antigua de España en activo. El concierto conmemorativo ha llenado la iglesia de San Nicolás de un público entusiasta entre el cual no faltaban antiguos coristas que, por cierto, fueron invitados a sumarse al coro para cantar el tercer bis que rubricó el acto musical: la conocida e inevitable partitura navideña de Franz Grüber, Stille Nacht (Noche de paz). Pero hubo mucha más música, incluso de corte popular, como las canciones gallegas: Pandeirada de Vilariño y O galopín; a las que podemos añadir Mariñeiro, de Groba; todas en hermosas versiones. No faltaron villancicos de otras nacionalidades como The first Nowell (La primera Navidad) o White Christmas (Blanca Navidad), esta de Irving Berlin; y una brillante lectura del conocido Adeste fideles (Acudid, fieles). El propio director, notable barítono, quiso cantar también como homenaje a la agrupación y lo hizo con un himno inglés, Amazing grace (Sublime gracia). Once músicos, de cuerda y viento y diversa procedencia, acompañaron por tercera vez este concierto navideño. Hermosa celebración.