La asociación vecinal de la Ciudad Vieja forma parte de la Comisión Aberta pola Defensa do Común desde el inicio. Defiende que "no hay razones urbanísticas para cumplir el convenio de 2004" y solicita, según explica su presidente, Pedro Roque, que sea el Ministerio de Fomento el que se haga cargo de financiar el puerto exterior y no el Concello. "Si rescatan las autopistas de Madrid, que hagan lo mismo con Langosteira", dice Roque. Cree que la desafectación de los muelles y de los terrenos de La Solana y el hotel Finisterre son "una oportunidad para abrir la ciudad al mar" y para "recuperar su identidad". Confía en que el futuro de estos terrenos venga determinado por la participación vecinal. Defiende el uso público de la fachada marítima y carga contra la intención de vender estas parcelas.