Adif, el Concello y la Xunta no han llegado aún a un consenso sobre cómo encajar el proyecto de la terminal del AVE que ha de desarrollar el ente dependiente de Fomento; la terminal de buses que tiene que ejecutar el Gobierno gallego; y el aparcamiento, la urbanización del entorno y la reordenación de la circulación, a cargo de la Administración municipal. Seis meses después de que la Xunta contratase el proyecto para la terminal de autocares, en agosto de 2016, las tres partes se sentaron en Santiago para poner en común los diseños de los que son responsables. Quedaron en remitirse sus respectivas documentaciones, sobre las que el Concello elaboró un informe que entiende necesario para "coordinar el diseño" de las tres intervenciones. En él, ve incompatibles ciertas soluciones de la terminal autonómica tanto con la estación de tren como con sus ámbitos. Adif concuerda en algunas de ellas y acepta las sugerencias municipales o promete estudiarlas.

Para la Xunta, sin embargo, lo que hay es un "cambios de criterio" del Concello respecto a lo que le solicitaron los responsables en abril de 2016, cuatro meses antes de que licitase el proyecto. A esto respondió el lunes el alcalde, Xulio Ferreiro, que afirmó que podrían haber ido "más rápido" si la Xunta hubiese compartido la información desde que se contrató el diseño en agosto hasta la reunión a tres bandas de marzo, o también desde que se lo solicitó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en su encuentro en febrero. "Lo que hacemos es ofrecer soluciones para que ambos proyectos tuviesen encaje", replicó el regidor,

El Ministerio de Fomento ya respondió la pasada semana a María Pita sobre lo que asume o no de las propuestas municipales a la estación de tren-AVE y sobre las incompatibilidades de la terminal de autonómica de autobuses. En los aspectos del diseño que competen a la Xunta, Adif indica que es la Consellería la que debe proponer soluciones siempre con la "conformidad" tanto del Ayuntamiento como de la ente ferroviario.

El órgano responsable de las infraestructuras ferroviarias estatales acepta cuestiones propuestas por el Concello, preocupado por el desarrollo de un paso peatonal con forma de "grapa" que sale de la avenida de la Sardiñeira y "desembarca" en la avenida del Ferrocarril y que, no solo comunica los dos terminales, sino que es una vía de integración peatonal entre vecinos y barrios. Adif acepta que se abra de noche aunque San Cristóbal esté cerrada y aumentar su altura (de los tres metros del proyecto inicial a seis) para que no genere sensación de inseguridad sino de "calle".

Como solución de tráfico en la avenida del Ferrocarril, donde ya está la actual entrada al tren, y la circulación hacia General Rubín, el Concello apuesta por una miniglorieta, que obliga a desplazar uno de los edificios de Adif y unirlo con otro volumen. Adif garantiza que lo estudiará e incorporará al proyecto básico, con una propuesta de la UTE Idom-César Portela, encargada del proyecto.

Un punto de conflicto es una nave en ruinas (de material autopropulsado), que el Concello propone eliminar total o parcialmente, tanto para mejorar las salidas como la operatividad y dimensiones de la estación de autobuses. Adif responde que la Xunta prometió reponer todos los elementos y que es por tanto el Gobierno gallego y no el Concello realizar esta propuesta siempre con la conformidad de las otras dos partes. Adif, a petición del Concello, acepta recuperar la pasarela peatonal y de bicicletas sobre las playa de vías de 7 metros para "favorecer la intermodalidad".

El Concello ve bastantes problemas del plan de la terminal y la reordenación de la avenida de A Sardiñeira. Adif concuerda con que la solución de la Xunta para el tránsito de sus servicios y de los de Correos (allí está la central de reparto) son "incompatibles" con su plan, disminuyendo plazas de aparcamiento para ambas actividades. "Además", dice el ente dependiente de Fomento, " la edificación y las rampas da acceso de la estación de autobuses y el aparcamiento subterráneo exceden el ámbito que se le asigna" en el documento "el que se establecen las condiciones de conexión para autorizar la ejecución de una estación de buses en la intermodal de San Cristóbal".

Adif, que ve "aceptable" la respuesta diseñada por el Concello, afirma sin embargo que es la Xunta quien tiene que dar una solución. El ente también responde que la Xunta debe adaptar su diseño para mantener el número de plazas de aparcamiento comprometidas (384) con las reservas para sus servicios, alquiler y carga y descarga.

El Concello añade que el reparto en cotas escogido por la Xunta genera problemas. Por ejemplo, "condiciona fuertemente una de las tres entradas previstas para el futuro Vialia [centro de oficinas y comercial en una segunda fase]". Señala que además genera un paso para el transbordo del bus al tren un pasillo de siete metros de recorrido con solo dos metros de altura, sin contar instalaciones y falsos techos. El Gobierno local indica que, "de la totalidad del proyecto, es la solución que más preocupación despierta, porque hace inviable la principal conexión entre medios de transporte".