Dos años de cárcel. Esa es la condena que aceptó un hombre que admitió que forzó nueve coches que estaban estacionados en la zona de O Ventorrillo durante las madrugadas del 9 y el 10 de junio de 2014. El condenado, nacido en 1985 y sin antecedentes penales, solicitará la suspensión de la pena con la condición de que no vuelva a delinquir durante dos años. Los daños que causó en los vehículos fueron tasados pericialmente en 3.136 euros.

El procesado utilizó el mismo modus operandi, que consistía en apalancar los marcos de las puertas para acceder al interior de los automóviles. Una vez dentro, los revolvía y se apoderaba de los objetos de valor que encontrase. En siete de los nueve coches no robó ningún efecto "al no encontrar nada de su interés", según indica el titular del Juzgado de lo Penal número 1 en la sentencia. El acusado actuó en las calles Rodrigo A. de Santiago, Agra de Bragua y Monasterio de Jubia, todas en O Ventorrillo. De uno de los coches sustrajo dos cazadoras, unas gafas de sol y una caja de herramientas, mientras que en otro hurtó dos carteras de piel y una mochila, que contenía un neceser, cajas con anzuelos y cucharillas de pesca, una maquinilla de afeitar, un botiquín de primeros auxilios, unas gafas, una carátula de radio, cinco CD, un rotulador verde y dos cajas con plomos.

La Policía Nacional inició una investigación sobre los hechos y envió una patrulla para que vigilase la zona tras recibir las denuncias de los propietarios de los automóviles. Los agentes sorprendieron al sospechoso in fraganti sobre las cinco de la mañana del 10 de junio de 2014 en la calle Rodrigo A. de Santiago. El ladrón llegó a arrancar la radio del turismo y, cuando detectó la presencia policial, se dio a la fuga a la carrera. Fue perseguido por los funcionarios a lo largo de la vía y, durante la huida, se deshizo de un teléfono móvil y de un USB azul, que arrojó al suelo. Continuó la escapada por la calle Monasterio de Toxos Outos hasta que finalmente fue interceptado y detenido en la calle Antonio Pedreira Ríos. En su poder tenía dos carteras de piel de las que se había apoderado en uno de los automóviles.

La Fiscalía solicitaba en su escrito de calificación que el arrestado fuese condenado a tres años de cárcel, pero el día del juicio llegó a un acuerdo con la defensa y aceptó que el juez le impusiese dos años de prisión, lo que le da la posibilidad de no ingresar en la cárcel a condición de que no vuelva a delinquir durante dos años. El titular del Juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña lo sentenció como autor de un delito de robo con fuerza en las cosas. Tuvo en cuenta la atenuante de reparación parcial de daño, pues antes de la vista hizo efectivas parte de las indemnizaciones que deberá abonar a los dueños de los coches o a sus aseguradoras. Al imputado aún le restan por pagar 2.321 euros. Contra el fallo no cabe presentar recurso porque fue dictado bajo la conformidad de todas las partes implicadas en el procedimiento judicial.