Las alegaciones presentadas al proyecto de poliducto de Repsol por la empresa Contenedores de La Coruña (Conteco) han encontrado eco en la empresa energética que modificó el diseño inicial de la conducción que enlazará la refinería con el puerto exterior. Conteco había advertido de que los trabajos de construcción del poliducto bloquearían los accesos a su planta de gestión de residuos de construcción situada en Nostián y de que las voladuras que pudieran realizarse supondrían el riesgo de desplome de su vertedero.

Ante esas reclamaciones, Repsol decidió crear un desvío temporal en la carretera que llega hasta las instalaciones y un paso alternativo que permita la entrada y salida de los numerosos camiones que hacen uso de la planta. Conteco había alertado de que las obras del poliducto dejarían incomunicadas las parcelas que posee en el lugar de Poltros, en la parte posterior del monte sobre el que se asienta la planta de tratamiento de basuras de Nostián.

Los terrenos de la empresa ocupan 51.136 metros cuadrados y pueden tratar casi 40.000 toneladas de residuos al año, ya que están operativas durante 250 días entre las 08.00 y las 18.30 horas, periodo durante el que reciben "un flujo constante de residuos" que llegan hasta allí en contenedores transportados por camiones, con una media de 40 vehículos al día. Conteco puso de relieve que el proyecto de Repsol preveía efectuar cortes de la carretera de acceso a su planta, lo que interpretaba como una "privación total del acceso y por lo tanto la paralización de la actividad de la empresa", por lo que exigía la adopción de medidas correctoras.

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La compañía advertía también de que la modificación temporal del acceso a sus instalaciones debería ser lo "menos gravosa posible" con el fin de evitar una "carga o detrimento patrimonial" al no poder desarrollar su actividad. También ponía énfasis Conteco en el peligro que supondría la utilización de explosivos en la construcción del poliducto ante el "riesgo de desplazamiento" del terreno.

La firma destacaba que su vertedero alberga escombros de construcción con los que se han formado terrazas compactadas para garantizar su estabilidad. Este depósito, con una capacidad de 850.000 metros cúbicos, podría sufrir "daños estructurales irreversibles" que derivarían en "graves problemas" tras las explosiones o un tiempo después. Según Conteco, las vibraciones podrían originar corrimientos de materiales, así como la apertura de fisuras o fracturas en el vertedero por las que circularía el agua. Ante este riesgo, la empresa proponía utilizar explosivos o martillos hidráulicos y efectuar un control topográfico del vertedero.