Actúa solo, normalmente de noche y su objetivo son los tesoros que custodian las furgonetas. No cualquier furgoneta, concretamente las de Monte Alto. Y no una ni dos ni tres. Según fuentes policiales, este Butch Cassidy montealtino lleva meses siendo el terror de los conductores y propietarios de estos vehículos en el barrio coruñés. Hiperactivo, su media es de media docena de actuaciones semanales. También suma varias detenciones. Siempre queda en libertad porque son delitos menores, por lo que vuelve a las andadas y la epidemia continúa.

Tanto los vecinos como cuerpos locales y nacionales de policía saben perfectamente la identidad de este amigo de lo ajeno que, con problemas también conocidos de drogodependencia, tiene machacado el parque de furgonetas de Monte Alto. Son siempre robos nocturnos. Rompe la ventanilla y se lleva lo que más está a mano.

El botín más preciado para él es el material técnico de pequeñas dimensiones. Rebarbadoras, lijadoras, medidores, maletines de herramientas? que arrebata a autónomos, pequeñas empresas de mantenimiento y también particulares que han estacionado en la zona.

¿Dónde ha establecido su radio de acción? Por todo el barrio, describen fuentes policiales. En las últimas semanas ha habido denuncias en la avenida de Navarra, la calle Santa Luisa, Touro, la calle de la Torre, calle Sirena, calle del Parque, Farto Parra, Orillamar, San Antonio, Pío XII, la travesía de Colón o incluso el paseo marítimo, en el entorno del Cementerio a Pelamios.

Aunque prefiere las sombras, también ha actuado de día. Hay una denuncia reciente en este sentido. Hace menos de una semana aprovechó que el conductor de la furgoneta estaba tomando algo en un bar en Santo Tomás, para entrar en el vehículo que estaba aparcado cerca y robar. Durante los últimos meses, desde que comenzó su espiral delictiva, ya ha sido detenido varias veces por la policía. Una vez liberado, por la escasa magnitud de los delitos, sale a la calle y vuelta a empezar.