Los aliens de Men in black 3, los goblins de Harry Potter y los seres marinos de La piel fría. En todos ha trabajado el maquillador de efectos especiales Arturo Balseiro. Los secretos de su trabajo, derivados de sus decenas de filmes de carrera, los compartirá el próximo fin de semana en el Museo de Arte Contemporáneo, con una masterclass dentro del Festival de Cinema Fantástico.

- ¿Qué le ofrece el mundo de los efectos especiales, como artista?

-Crear criaturas y personajes que semanas antes no existían. Yo he hecho efectos de gore, pero a mí eso no me gusta. Lo que realmente me encanta es que me digan: "Mira, en esta película aparecen unos personajes que son medio hombres medio anfibios", como nos ha pasado en La piel fría.

- ¿Cómo los diseñó?

-Tuve que hablar con el director, leer el guión? También leí la novela, para imbuirme lo más posible. En este caso, los diseños fueron gustando desde el principio.

- También habría retos.

-Sí, La piel fría ha sido una de las películas más difíciles que hemos realizado. Era una cantidad muy grande de trabajo, porque eran maquillajes de cuerpo entero, difíciles de mantener cuando la gente quiere ponerse abrigos o está saltando desde ocho metros de altura a una colchoneta. En cuanto a trabajo fue la más complicada, pero el reto más grande fue rodar el año pasado en una cultura tan distinta a la nuestra como la china en el filme Asura.

- ¿Notó mucho la diferencia?

-Mucho, y ya desde los diseños, porque teníamos un personaje hecho de vegetales, una idea un poco extraña para un europeo. Pero fueron muchas cosas: el rodaje, el uso del equipo humano? Nosotros intentaríamos que un mínimo de gente hiciera mucho trabajo, y con ellos es un máximo para un mínimo.

- También trabajó en Eva , por la que recibió un Goya. ¿Cuáles fueron los desafíos en ella?

-Fueron bastantes. Teníamos dos grandes proyectos: el gato robótico que aparece en la película y que a veces tenía que ser maquillaje y a veces 3D, y el robot de un niño, en el que había partes que eran nuestras, y otras en croma. Creo que el resultado final fue muy bonito, se unieron varios departamentos.

- ¿Es fácil esa relación?

-Depende de lo honesta que sean las partes. En Eva, el departamento 3D y nosotros intentamos hacerlo lo mejor posible sin pisar el trabajo de la otra persona. En cambio, en otras películas a alguien de 3D se le ocurre opinar sobre, por ejemplo, que nuestras dentaduras impiden hablar al actor, porque quieren hacerlas en digital y quitar parte de mi presupuesto. Hay ejemplos buenos, pero también otros en los que te quieren quitar el trabajo de forma poco lícita.

- En Men in black 3 se encargó del diseño de los aliens . ¿Cuál fue el enfoque, en qué se inspiró?

-Me inspiré un poco en las películas anteriores, porque creo que el tono de humor era una de las cosas que se querían mantener, e intenté mezclar humanos con animales. Trabajé con ideas como peces, cangrejos? Pero siempre con el filtro del humor. En producciones así también te das cuenta de que estás en otra liga.

- ¿Existe mucha diferencia entre el panorama español y el extranjero?

-Muchísima. Por ejemplo, cuando estuve trabajando en la última película de Harry Potter, en la orden de rodaje veías que ponía "maquilladores de efectos especiales: 163". Claro, estábamos haciendo una escena con 90 goblins. Eso en España de momento no va a ocurrir. Aquí vamos aprendiendo poco, aunque luego es muy habitual que técnicos españoles trabajen en películas extranjeras. En cuanto a infraestructuras, sin embargo, tenemos que ir creciendo con el tiempo.