El pacto de Puertos del Estado y Xunta sin el Concello prevé mantener en manos portuarias Batería y Calvo Sotelo y, con ello, que las decisiones sobre los muelles se tomen en el seno del Consejo de la Autoridad Portuaria con menor dependencia de la intervención municipal. Las dársenas del centro quedarían como "dominio público portuario", donde la Ley de Puertos y de la Marina Mercante permite usos comerciales y de ocio, además de equipamientos. La misma normativa permitiría al Puerto levantar nuevos hoteles al borde del mar, en régimen de concesión, como lo está aún el hotel Finisterre, que pretenden vender al mejor postor. El Consejo de Ministros tendría que ver "interés general" en este tipo de negocio y firmar un permiso especial. Las instalaciones tendría que separarse 20 metros del cantil.

Ni el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, ni el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aclararon en sendas comparecencias este mes cuáles son sus planes para esas dársenas. El máximo responsable autonómico señaló que tendrían "uso ciudadano". Llorca solo indicó que en otras zonas del Estado habían permitido "hacer edificios emblemáticos como el Guggenheim o el centro Botín". "Dicen que deben abrirse a la ciudadanía pero también se abrirían existiendo un centro comercial y, por lo tanto, debería aclararse", afeó el alcalde, Xulio Ferreiro, que celebró que los Gobiernos centrales y portuarios hayan dado un paso para no vender las dársenas del centro y La Solana pero criticó que mantengan los planes de subasta y construcción de pisos en San Diego.

El artículo 72 de la Ley de Puertos de 2011 abre la posibilidad de, en dominio público portuario, instalar "equipamientos culturales, recreativos, certámenes feriales, exposiciones y otras actividades comerciales no estrictamente portuarias. Salvo los equipamientos culturales promovidos por alguna administración, solo podrían promoverse en concesión, como Palexco, los Cantones, el Atlántico (municipal) o la propia Solana, para la que el Puerto diseñó un plan de venta tras décadas con este régimen.

Por tanto, podrá haber nuevos comercios, bares y restaurantes, uno de los miedos del sector en el centro. También hoteles. Sin embargo, la construcción hotelera tiene que pasar por una serie de trámites. Son los que tuvieron que atravesar, por ejemplo, los hoteles en faros. Para levantar el veto tiene que acreditarse "razones de interés general" y no podrán ubicarse "en los primeros 20 metros medidos tierra adentro a partir del límite interior de la ribera del mar o del cantil del muelle". El ancho de Batería (muelle Transversal) es de 100 metros.

Pero una cosa son los usos y otra cosa las alturas. Sin desarrollar el plan general evitando al Concello, los volúmenes tendrían que regirse por el plan especial de 2000, obsoleto y que solo permite un altura. Solo cambiando ese plan especial, con la ratificación municipal, el Puerto tendría una normativa urbanística a la que amoldarse.