El presente y el futuro de las librerías están my oscuros para el responsable de Cascanueces. "La situación está fatal, las cosas no mejoran", asegura Pablo Zaera, indicando que atraer hoy en día al público al negocio es un asunto complicado. La "compra a través de Internet" y el uso constante del teléfono móvil para consultar plataformas como Facebook y Twitter son para el librero los responsables del tormentoso panorama en el que las librerías luchan actualmente por sobrevivir, invirtiendo "mucho esfuerzo y dedicación" tan solo para poder "cuadrar cuentas". "En el móvil tienes redes sociales, y eso quita tiempo para los libros", dice el encargado. "La clase media, que era la que consumía literatura, ha sufrido mucho. La crisis no está superada", añade.

Zaera observa cómo las librerías tratan de adaptarse a la nueva situación mediante la inclusión en su agenda de actividades que, según el responsable de Cascanueces, han perdido efectividad con el tiempo. "Cuando las hacíamos sobre el 2010, funcionaban bien, pero ahora, de 10 cosas que haces, te funcionan una o dos", comenta el librero.

La respuesta de Cascanueces al panorama ha sido apoyarse en su propia editorial, Bululú, un soporte que otros negocios sustituyen por los centros escolares. "Las recomendaciones del curso son las que dan de comer a varias librerías", cuenta el responsable. Al igual que Esther Gómez, Zaera no cree que la salida al problema sea el precio de los libros, que considera "competitivo". Al contrario que ella, sin embargo, sí piensa que el apoyo institucional es suficiente. "Este año no nos podemos quejar, ha habido un apoyo importante del Concello", dice, pero advierte: "La economía tiene que cambiar. Se lleva muchos años con políticas equivocadas".