El Concello, a través del área de Medio Ambiente, prevé plantar 630 árboles en siete zonas de la ciudad antes de final de año, una actuación que forma parte del plan de expansión de arbolado. La iniciativa comenzó el año pasado, con la plantación de 70 nuevos ejemplares en cuatro barrios. Esta segunda fase, en la que se invierten 373.000 euros, se ha retrasado como consecuencia de la sequía. Según fuentes municipales, los trabajos deberían haber empezado en octubre. "Los nuevos árboles requieren bastante riego así que lo estamos retrasando", apunta la concejal de Medio Ambiente, María García.

Este proyecto pretende ayudar en la "lucha contra el cambio climático". "Además de mitigar los efectos del cambio climático, ya que reducen las emisiones de dióxido de carbono, ayuda a regular la temperatura y mejora la calidad del aire", detalla María García, que también ve estas plantaciones como una forma de "conectar las personas con la naturaleza" y provoca, a su vez, "una mejora paisajística de la ciudad".

Según el inventario municipal, hay 15.000 árboles en la ciudad y el objetivo es aumentar un 10%, por lo que a inicios de 2018 habrá 1.500 ejemplares más. "La Organización Mundial de la Salud apunta que lo óptimo sería tres habitantes por árbol. En A Coruña hay 16 habitantes por árbol", lamenta la concejal de Medio Ambiente. El plan de expansión responde, además, a la demanda de los vecinos. A través de los Orzamentos Participativos, la mayoría de propuestas pedían más árboles y zonas verdes en la ciudad.

La plantación más numerosa de esta segunda fase se desarrollará en Novo Mesoiro, donde habrá 130 nuevos ejemplares. En Eirís serán más de un centenar y en Os Rosales se superarán los 80 árboles. El plan llegará también a Oza, Cances, O Ventorrillo y Pablo Picasso. Además, según explica la concejal, en el centro urbano se repondrán más de 200 árboles de 61 árboles de la ciudad que están "secos o en deterioro". "Es un plan que, además de promover la biodiversidad, hará de A Coruña una ciudad más natural, humana y en contacto con la naturaleza", expone María García.

La mayor parte de los 630 árboles que se plantarán entre este mes y diciembre son grandes, nuevos, con más de cinco años en un vivero y autóctonas, con condiciones específicas para "sobrevivir" en el torno urbano. Entre otras especies, se prevé plantar alcornoques, castaños, carballos, cerezos y árboles frutales, que permitan "dar de comer a la fauna urbana".

En su afán de aumentar las zonas verdes de la ciudad, el Concello estudia "mantener el arbolado" que se encuentra entre Primo de Rivera y Linares Rivas por donde está previsto que pase el carril bici. "Intentaremos que la obra no afecte a los árboles que están ahí. Utilizaremos todos los medios posibles", sentencia María García.