El reloj marca casi las seis de la tarde y los niños se saludan entre ellos con el ansia de compartir juegos y aventuras en el centro cívico de Novo Mesoiro. En la ludoteca, donde cuentan con un amplio espacio de ocio, les esperan Samanta Torres y Sara Díaz. Estas dos profesionales del servicio municipal de canguros se encargan de mezclar aprendizaje y diversión para entretener las tardes de los pequeños mientras sus padres se dedican a otros asuntos. La mayoría, por trabajo, encuentra un desahogo en esta iniciativa anunciada por el Concello hace diez años y que comenzó a funcionar en 2009.

Samanta Torres lleva casi tres años trabajando en el servicio de canguros. Le gusta ver cómo los niños "aprovechan el tiempo de juego" y se relacionan entre ellos. "Aquí hay muchos juegos, pero la verdad es que lo que más les gusta es interactuar entre ellos", señala. Además de disfrutar, también hay tiempo para aprender. "Hacemos talleres todos los días. Cada semana nos dedicamos a una temática. Las últimas han sido la ciencia y los derechos de los niños", revela su compañera, Sara Díaz, que se dedica a este trabajo desde hace seis años. Uno de ellos, como canguro a domicilio. "Me parece que es una ayuda muy grande. Porque hay muchísimas familias que no tienen apoyos, que no cuentan con unos abuelos que puedan cuidar a sus hijos así que es un servicio, que además es gratuito, que está genial", comenta, y añade: "Incluso te salva en una urgencia. Además, también hay familias que buscan disfrutar del tiempo de ocio".

Una opinión que comparte Ingrid Carolina Cárdenas, que llegó desde Venezuela hace tres meses y "agradece" todo lo que le aporta este servicio. Tiene tres hijos y están "encantados" de pasar tiempo en la ludoteca. Eso la libera en plena búsqueda de trabajo. "Al principio, me ayudó mucho y fue muy útil porque tuve que darnos de alta en muchísimos servicios y tuve un sitio donde dejar a los niños", recuerda.

Ahora que su familia se ha asentado en Novo Mesoiro, no duda en seguir utilizando estos espacios para disponer de tiempo libre. "Es súper útil y las chicas son geniales. Yo no tengo aquí a mis padres y me viene bien contar con este servicio", expone.

Además, no son sus niños los únicos que disfrutan de ese tiempo libre. Un día a la semana, asiste a clases de cocina en el centro cívico y los tres pequeños juegan con sus compañeros en la ludoteca, aunque también van a clases de refuerzo escolar en el mismo centro. "Así mientras yo estoy en clase, los niños están en la ludoteca jugando o estudiando. También mi marido va a un curso de marketing digital", cuenta Ingrid Carolina Cárdenas.

Este servicio, en Novo Mesoiro, está disponible de lunes a viernes en horario de tarde y los sábados, de mañana. "La mayoría de padres que viene a dejar a sus niños viven por la zona, salvo los sábados, cuando algunos necesitan hacer gestiones y se desplazan hasta aquí", detalla Sara Díaz. Son los sábados, de 10.30 a 13.30 horas, cuando más pequeños tienen en la sala. "Hay hasta un máximo de 25 plazas, a veces llegamos a ese número, pero lo normal es que haya entre 15 y 20 niños", explican las educadoras.

Las dos responsables de la ludoteca de Novo Mesoiro confiesan que los padres les dicen estar "muy contentos" con el servicio, igual que los niños. "Es muy necesario, ojalá se siga consolidando", declara Samanta, quien asegura que la iniciativa "ha mejorado desde el comienzo y sigue haciéndolo".

Para Ingrid Carolina, la madre que deja a sus tres pequeños en este espacio de cuidado y aprendizaje, es un "muy buen servicio" aunque quizá "un poco limitado de horario". "Para las personas que trabajen a tiempo completo, tres horas puede ser poco. Podría extenderse un poco", propone. La fórmula le gusta. A ella y a muchos otros que no dudan en dejar a sus pequeños en estos espacios en los que pasar el tiempo no es el único objetivo.