Ciudad Vieja, Monelos y Labañou fueron las tres zonas de la ciudad en las que el área de Xustiza Social puso en marcha en el último trimestre del año pasado un proyecto de educación en la calle para menores a partir de 12 años y jóvenes de hasta 30 en situación o riesgo de marginación por dificultades o conflictos familiares. El efecto más destacado de este programa fue un mayor acercamiento de la población joven a los centros cívicos, aunque con escasa participación en sus servicios.

El proyecto del Ayuntamiento captó la participación de un total de 109 personas (75 hombres y 34 mujeres), de las que 44 son vecinos de la Ciudad Vieja, 41 de Labañou y 24 de Monelos, y requirió de la intervención de cinco trabajadores municipales y seis de la contratista dedicada a actividades socioculturales de prevención y cooperación social.

El procedimiento de intervención del personal consistió en acercarse a este sector de población joven que utiliza la calle como espacio habitual de ocio con el riesgo de provocar alteraciones en sus respectivos ámbitos familiar y escolar para prevenir conflictos de carácter social.

Los trabajadores realizaron primero una labor de diagnosis mediante la identificación de los espacios urbanos usados por menores y jóvenes, contacto con asociaciones vecinales y juveniles y centros culturales y bibliotecas de las diferentes zonas de la ciudad seleccionadas, además de presenciar in situ los entornos en los que se mueven.

En una segunda fase, el personal pasó o ocupar esos espacios habituales de ocio para observar el comportamiento de los participantes en el programa e identificar las conductas más llamativas y más proclives a generar conflictos en los hogares o los centros educativos. La memoria anual de Xustiza Social recomienda la continuidad de este programa en 2018, intensificarlo en las tres áreas estudiadas y extenderlo a otras.