La reunión mantenida ayer por los vecinos de la Ciudad Vieja para determinar cuántas plazas de aparcamiento para residentes precisarán tras la peatonalización del barrio a partir del 25 de junio y dónde deben ubicarse dio como resultado que deben ser entre 330 y 340. Los habitantes de la zona plantearán al Concello que los espacios reservados para ellos se sitúen en las calles Maestranza y Campo da Estrada, así como en una sin nombre que va desde esa última a la avenida del Metrosidero.

Esas vías suman unas 230 plazas de estacionamiento, a las que se sumaría el centenar del Oceanográfico, el espacio que inicialmente el Gobierno local les había destinado y que los vecinos no solo consideraron insuficiente, sino además excesivamente alejado de buena parte de la Ciudad Vieja. Las quejas vecinales hicieron que los responsables municipales rectificaran y propusieran a los residentes que presentaran un planteamiento propio.

A las plazas para residentes se sumarán en torno a 300 en el exterior de la Ciudad Vieja que serían de acceso libre para todos los automovilistas, aunque tanto vecinos como comerciantes defienden que se aplique en ellas un sistema de rotación obligatoria que impida permanecer más de dos horas para evitar que se encuentren ocupadas todo el día. Con la suma de esas plazas se alcanzarían las 606 que el Gobierno local contabiliza en esta zona, algunas de las cuales serán de nueva creación y se localizarán en las proximidades del castillo de San Antón.

El presidente de la asociación de vecinos, Pedro Roque, considera que el número de plazas que expondrán al Concello será suficiente para atender la demanda del barrio, aunque desconoce cuál es la cifra real de vehículos que cuyos propietarios viven en la Ciudad Vieja, ya que no les proporcionaron el número de tarjetas de aparcamiento en el barrio que han sido concedidas.

A ello hay que añadir que con la peatonalización del barrio también serán considerados como afectados por este proceso a los residentes en la zona exterior de la muralla, que hasta ahora estaban excluidos de la posibilidad de que se les proporcionará espacio para aparcar como vecinos de la Ciudad Vieja. Por esta razón, los vecinos plantean que su propuesta no sea definitiva, sino que se ajuste a las necesidades reales cuando se ponga en práctica. En los edificios de la zona existen garajes con capacidad para 400 coches y hay 220 que en la actualidad pasan la noche en las calles, aunque hay vecinos con tarjetas de residentes cuyo número de identificación supera el millar.

El Gobierno local informó hace días de que hay 165 propietarios de vehículos que solicitaron ya la aplicación de las tarifas reducidas para residentes que se negociaron con los aparcamientos de O Parrote, Maestranza y Marina Coruña, por lo que Roque confía en que entre estas plazas y las que se pretende reservar en superficie a los vecinos sean suficientes para atender la demanda.

El dirigente vecinal recuerda que el plan original del Concello establecía que el aparcamiento en el exterior de la Ciudad Vieja fuera de acceso libre, lo que a su juicio causaría un "efecto llamada" para los conductores que desearan estacionar en el centro. La implantación de una rotación forzosa facilitará, según los cálculos de Roque, espacio suficiente para dar servicio a los usuarios del hospital Abente y Lago, que atrae a numerosos vehículos, mientras que el rectorado no supone un problema para el barrio porque la Universidad dispone de acuerdos con aparcamientos privados de la zona para que sean usados por sus trabajadores.

La propuesta de los vecinos debe ahora ser consensuada la próxima semana con los comerciantes del barrio, quienes también defienden la limitación del aparcamiento a los no residentes mediante la rotación obligatoria, aunque Pedro Roque admite que puede haber discrepancias en cuanto al número de plazas que deben tener esta calificación. Una vez que ambas partes alcancen un acuerdo, se lo presentarán al Concello, que prevé llevar a cabo en las próximas semanas los trabajos necesarios para la señalización de la nueva regulación del tráfico en el barrio con motivo de la peatonalización.

Según informó el concejal de Mobilidade, Daniel Díaz, a los grupos de la oposición en la reunión que esta semana celebró la comisión municipal de su área, una vez que comience la prohibición de circular por la Ciudad Vieja se iniciarán las obras de construcción de una rotonda en el enlace de la avenida del Metrosidero con el paseo marítimo, frente a la entrada de la Hípica, que pretende regular de un modo más eficaz la circulación en ese punto.

El Gobierno local optó por el 25 de junio para la puesta en marcha de la prohibición de transitar por la Ciudad Vieja para que no afecte al movimiento de vehículos que genera el colegio de los Dominicos, ya que en esa fecha concluye la actividad escolar. Cuando se reanude el curso, los coches que hasta ahora llevan y recogen a los alumnos del centro no podrán acceder al interior del barrio, por lo que solo podrán circular por la calle Maestranza, en la que existe un acceso al centro educativo.