Hace tres años y medio que Triana Martín trabaja en el Centro de Coordinación de Cruz Roja en Galicia. Se dedica a la gestión de las demandas de asistencia en emergencias a través del teléfono. "Hay que tener la cabeza templada para ayudar al que llama. Al no ver lo que ocurre, es complicado", reconoce la teleoperadora.

El teléfono de la Cruz Roja recibe todo tipo de llamadas. Desde caídas a incendios pasando por preguntas sobre el trabajo de esta institución humanitaria. "Incluso hay gente que se acerca a la oficina a pie para explicar lo que le pasa", revela. Al encargarse de la teleasistencia, muchas de las llamadas son de gente mayor o sus familiares. "Suelen caerse en casa o tener algún problema", apunta.

En sus tres años y medio de experiencia, Triana Martín recuerda un momento especialmente duro. "Los incendios que se produjeron el año pasado en Pontevedra. Fue lo más complicado que hice. Aun así, hubo algo positivo, que fue la solidaridad de la gente. Nos llamaban anónimos para ofrecer su casa, ropa o comida", recuerda.

En 2017, el número de la Cruz Roja contabilizó 535.525 llamadas, una media de 44.000 al mes. "Es un no parar. Las noches suelen ser más relajadas pero, en general, las llamadas son constantes", comenta. Si hay fiestas o grandes espectáculos, el número de emergencias aumenta. "En San Juan, por ejemplo, solemos atender muchas llamadas", añade.

Pero no todo son cuestiones importantes. "A veces nos llaman para hacer bromas, pero nos lo tomamos bien e intentamos salir de la mejor manera", explica Triana, a la que también han llamado para preguntar "qué hace la Cruz Roja o qué pasos hay que seguir para hacerse voluntario".

Las teleoperadoras de este servicio tienen que tener "mucha paciencia", según Triana, para dar una buena atención. "Hay que tranquilizar a la persona que tiene la emergencia o a su familia, porque quien llama suele estar muy nervioso", manifiesta.

A Triana Martín este trabajo le "enriquece" y le hace crecer como persona. "Me parece muy importante lo que hacemos. Me doy cuenta que me hago fuerte ante ciertos problemas", destaca.

Aunque le parece muy duro, le gusta "ayudar a personas que pierden familiares". "Es difícil pero lo hacemos lo mejor que podemos y les explicamos que estamos a su disponibilidad las 24 horas del día y los siete días de la semana", concluye Triana.