El Concello prevé reordenar las terrazas del casco histórico a partir del mes de julio

El regidor explicó ayer que la intención del Gobierno local es realizar una "propuesta" similar a la que se llevó a cabo en Pescadería, donde se instalaron chinchetas en el suelo para limitar el espacio de las mesas y sillas que los bares instalan en las calles. El objetivo de esta medida es mejorar "la accesibilidad y la asistencia sanitaria de urgencia".

La iniciativa se completó en junio del año pasado en calles como Troncoso, Riego de Agua o la Estrella. Esta regulación de la ocupación de la vía pública de las sillas y las mesas de los bares, según Ferreiro, ha tenido "muy buenos resultados", por eso el Concello tiene la intención de implantarla en el casco histórico. "Tenemos el aval del trabajo que realizamos en Pescadería y vamos a apostar por seguir con los mismos criterios", destacó el alcalde.

La Ciudad Vieja, sin embargo, cuenta con menos locales de hostelería que la zona centro, un dato que el Gobierno local tendrá en cuenta para desarrollar su propuesta, que presentará en julio en la Mesa Cidadá da Cidade Vella, en la que participan vecinos y comerciantes de la zona, a los que también se ha consultado temas de la peatonalización. La ordenación de las terrazas permite "compatibilizar los usos" tanto de los propietarios de los bares y restaurantes como de los transeúntes. El alcalde considera que esto es la "base" para evitar que la excesiva turistificación expulse a los vecinos. "No tenemos riesgo de que esto ocurra a corto plazo", concluyó el primer edil.

Alejandra Loaiza - Trabajadora

"El problema es aparcar en la calle y los ´parkings´ son caros"

Alejandra Loaiza trabaja en la Ciudad Vieja y cree que el "problema" de la peatonalización es "aparcar". "Tengo dos trabajos y llego con el tiempo justo. No puedo estar dando vueltas para encontrar un sitio donde dejar el coche", explica. Además, considera que "los parkings privados de la zona son caros". Sin embargo, Alejandra Loaiza considera que "es pronto" para analizar el proceso. "Aún no se nota pero con los colegios será peor".

Javier Boilla - Hostelero y vecino

"A ver cómo vigilan la circulación por dentro de la Ciudad Vieja"

Javier Boilla es el propietario de A boca do lobo y, además, vecino de la Ciudad. Lo que más le preocupa es "cómo van a vigilar la circulación por dentro" del casco histórico. "Nos dan 15 minutos, que para bajar la compra no me parecen suficientes, pero no sabemos cómo se van a contar", comenta el hostelero, que espera que la peatonalización "sea para mejor". "De momento, alquilé dos plazas en un parking de pago porque no quiero problemas para aparcar".

María Cabezas - Hostelera

"Todavía está todo un poco raro, tengo dudas de si funcionará"

Cuando escuchó hablar de la peatonalización, a María Cabezas le pareció una buena idea. "Era optimista pero ahora tengo mis dudas", explica esta hostelera de la plaza de Azcárraga.

En el primer día sin coches, asegura que "todavía está todo un poco raro". Cabezas entiende que, antes de ser peatonal, el casco histórico necesita otros cambios: "Las plazas tienen socavones, hay zonas sin arreglar y apenas hay plazas de aparcamiento", detalla.

Luis Peiteado - Hostelero

"He notado que hay menos coches aparcados por la calle"

"Me parece que las plazas de autorizados van a ser escasas", opina Luis Peiteado, que regenta un local de hostelería en el casco histórico. Al acudir a trabajar, ayer por la tarde, vio los primeros cambios que trae consigo la peatonalización: "He notado que hay menos coches aparcados por la calle". Explica que es un proceso "que aún está empezando" pero espera que salga bien y sea "una buena iniciativa" para vecinos y trabajadores.

Montserrat López - Vecina

"Los 15 minutos dentro de la Ciudad Vieja son escasos"

Montserrat López considera que "la peatonalización está bien", pero "conlleva una serie de problemas que hay que tener en cuenta". No entiende cómo el Concello va a "contabilizar el tiempo que los coches estén dentro de la Ciudad Vieja". "Los 15 minutos para circular me parecen escasos", añade. Aun así, Montserrat López ve el lado positivo de este proyecto: "Está bien para pasear pero a ver qué pasa con las terrazas"