Dolce Vita, el centro comercial del polígono de A Grela que permanece cerrado desde finales de enero de 2014, abre la puerta al futuro. La empresa Breogan Park, radicada en la ciudad, ha comprado las cuatro parcelas que componen el complejo con la intención de derribar el edificio y levantar en el mismo lugar una nueva estructura comercial, un parque de mediana superficie que tendrá espacio para una decena de operadores con al menos mil metros cuadrados para cada uno.

Breogan Park será también el nombre del nuevo complejo, una fórmula comercial inédita en Galicia pero no en España, a medio camino entre las grandes superficies y las concentraciones de pequeños comercios que no pretende competir ni con las primeras ni con los negocios del centro de la ciudad. Sus operadores pertenecen a los sectores del bricolaje, la alimentación, los muebles y la decoración, los deportes y los electrodomésticos.

El nuevo complejo ocuparía unos 10.000 metros cuadrados edificables y dedicaría espacio libre a la construcción de un garaje de 500 plazas en superficie en la calle Newton, que se sumarían a las 3.000 que tiene la antigua instalación sin uso y que los promotores prevén mantener. Dolce Vita abrió en octubre de 2008 como la mayor superficie comercial de Galicia, con 62.000 metros cuadrados, superada posteriormente por Marineda City, con casi 200.000.

Se desconocen de momento los plazos para el derribo del inmueble, la construcción del nuevo y el comienzo de la actividad, así como el coste de la operación. Breogan Park, tal y como adelantó LA OPINION, había recibido a finales de 2017 la autorización de un juzgado de lo Mercantil de Madrid para comprar por 7,4 millones de euros dos de las cuatro parcelas sobre las que se asienta el edificio de Dolce Vita, aunque con la condición dictada por el juez de adquirir también las otras dos fincas, como finalmente ha hecho la empresa. El permiso se le había otorgado también a otra empresa coruñesa, Pelayo Capital, socio de Breogan Park, cuyos administradores solidarios son Francisco Javier Veiga e Íñigo Veiga.

Aquella decisión fue recurrida ante la Audiencia Provincial de Madrid por tres de los personados en la causa de la adjudicación y a la espera de un auto aclaratorio. La compra de Dolce Vita obedecía al concurso de acreedores en el que se declaró su anterior propietaria, Inmobiliaria Chamartín.

Breogan Park es una empresa que se constituyó con un capital de 3.000 euros hace poco más de un año, en junio de 2017, dedicada a la compraventa de bienes inmobiliarios por cuenta propia. Pelayo Capital, creada en febrero de 2016, tiene como actividad la compraventa e intermediación en toda clase de fincas y su promoción y construcción.

Fuentes de ambas empresas aseguraban a finales de octubre pasado que no tenían ninguna vinculación con Lone Star, el fondo norteamericano que entonces era el mayor acreedor de Inmobiliaria Chamartín y que en 2015, un año después del cierre de Dolce Vita, había adquirido cuatro centros del mismo nombre en Portugal por unos 500 millones de euros, de acuerdo con fuentes del sector.

La operación promovida por Breogan Park pondrá fin a un periodo de inactividad e incertidumbre de más de cuatro años en un recinto que fue el primero en sufrir la crisis y la consecutiva construcción de otras grandes superficies comerciales en las afueras de la ciudad, cercanas unas de otras: Espacio Coruña a finales de 2009 y Marineda City en abril de 2011.

Antes de su cierre en enero de 2014, después de que Eroski, las tiendas de Inditex, el negocio de electrodomésticos Darty y Media Markt se marchasen de la instalación de A Grela, se especuló con el futuro del inmueble. El proyecto más llamativo del que se llegó a hablar fue una iniciativa presentada en 2013 al grupo Chamartín por un grupo de inversores coruñeses para transformar las instalaciones comerciales en un gran complejo de ocio como alternativa a su originario modelo de gestión. El plan, bautizado como Night Coruña, preveía concentrar una variada oferta de locales de hostelería, como bares, pubs, discotecas y restaurantes, muchos de ellos de tipo temático, con el objetivo de atraer públicos variados, y sin renunciar a mantener algunos negocios comerciales que entonces había.

La consultora internacional Savills publicaba en 2015 un informe especializado que resaltaba que el segmento de medianas superficies comerciales, en lo que se prevé convertirse el antiguo Dolce Vita, había registrado en España un volumen de 500 millones de euros en este tipo de activos, siete veces más que el año anterior. La superficie comercial de este tipo de centros acaparaba entonces 1,85 millones de metros cuadrados y representaba un 12,5% del mercado inmobiliario específico. La actividad promotora crecía, apuntaba el informe, impulsada por los actores nacionales tradicionales en este apartado del sector de la distribución.