El cielo se llenó de color sobre las playas del Orzán y Riazor en una nueva derrota de los navíos de Francis Drake conmemorada por los coruñeses. Algo más de 25 minutos de fuegos artificiales dieron luz y sonido a la Batalla Naval, seguida anoche por más de 100.000 personas desde los arenales y el paseo marítimo, según cifró el Concello, algo más que el año pasado.

La pirotecnia subió a los cielos desde la zona de las Esclavas y la finca de los Mariño, al otro lado de la ensenada. Un variado repertorio de efectos lumínicos deslumbró a los asistentes, bien provistos de cámaras fotográficas y teléfonos para inmortalizar la noche, que aplaudieron el espectáculo: emoticonos, figuras, estrellas de cinco puntas, corazones, planetas, una fachada con los colores de la ciudad... una variada gama de efectos.

Con un cuarto de hora de retraso según el horario previsto para que el despliegue no interfiriese las aproximaciones de aterrizaje de aviones que llegaban con demora a Alvedro, empezó la descarga con dos petardazos a cada extremo de la bahía. A modo de duelo, desde un lado se lanzaban cohetes y fuegos de colores y se le replicaba desde el otro de la misma forma, hasta que coincidieron unos con los otros en el cielo cada vez más colorido y brillante.

A medida que pasaba el tiempo los destellos de luz iluminaban con más intensidad la ensenada. Hasta que al final los fuegos se lanzaron desde una hilera de luces fijas en el agua junto a las rocas de la zona de las Esclavas. Fue un detalle que representó una tumba de flores en honor a las lejanas víctimas de la batalla naval. Ya había terminado el espectáculo y la gente se desplazaba a otros lugares cuando se dejó oír una postrera traca, como si todavía hubiese más ganas de ruido y luz.

La UTE formada por las empresas Pirotecnia Artefogo y Pirotecnia Pablo se encargó este 14 de agosto de lanzar los fuegos, de hundir a Francis Drake en las aguas coruñesas, abatido por los heroicos vecinos de la ciudad, de nuevo, 429 años después.

Las calles de los alrededores de cada punto de lanzamiento estuvieron cortadas desde antes del espectáculo y hasta hora y media después. No hubo que lamentar sustos ni serias incidencias en una noche más de las fiestas coruñesas.