Como si estuviese en un palco de una ópera, un vecino de María Pita siguió ayer desde su balcón la representación de Carmina Burana a cargo de la Orquesta Sinfónica de Galicia y sus tres coros con todas las comodidades. El espectador disfrutó del concierto sentado en una silla de interior, de comedor, y mirando a través de unos pequeños prismáticos. El sistema no es nuevo para este vecino: esta misma semana se sentó también en una silla en su balcón y se valió de los prismáticos para disfrutar de la actuación que ofrecieron también en la plaza de María Pita los niños del coro infantil de la Orquesta Sinfónica de Galicia.