Desde el pasado julio existe un nuevo sistema de entradas a la Torre de Hércules. En vez de, en el propio monumento, los visitantes deben dirigirse a una caseta habilitada para tal fin y también se controlan por franjas horarias las entradas. Por una parte, muchos son los turistas que se dirigen directamente al faro, como antaño, para intentar acceder y son redirigidos al otro lugar y otros muchos, que acuden sin planificar su visita, se quedan sin entrada por la gran afluencia de gente. Le pasó esto último a un hombre, venido desde Tenerife y que se quedó sin tiques y pedía, sin éxito, ayuda para calmar su "desconsuelo".