"La labor de intervención de restauración tiene que llevar aparejada labores pedagógicas". Así de contundente se muestra la directora de los trabajos de renovación de quince estatuas de los jardines de Méndez Núñez, Montse Jiménez. Están aún en pleno período de trabajo, pero adelanta ya que los monumentos necesitan un mantenimiento más constante y una labor de concienciación entre la ciudadanía para cuidar el patrimonio histórico-cultural de A Coruña.

Los trabajos comenzaron hace varias semanas y uno de los primeros conjuntos que restauraron los profesionales fue el de Linares Rivas, enfrente de la Delegación del Gobierno, en la rosaleda de los jardines. Hace pocas horas que se retiraron los armarios y luce brillante. "El cambio es espectacular, eran unos trabajos muy complejos y ha ido respondiendo a los tratamientos muy bien. Estamos muy contentos", comenta Jiménez.

La restauradora califica la intervención en el monumento del escritor y político de "casi de urgencia", ya que había partes que creían que se iban a perder por falta de cuidado. Finalmente, la estatua ha quedado tal como se concibió, para disfrute de todos los coruñeses.

El siguiente monumento de Méndez Núñez en importancia, por su tamaño, es el de Curros Enríquez, sobre el que el equipo está actuando ahora mismo. Está en mejor estado que la anterior por lo que confían en que quede también con un buen aspecto. Para empezar, apunta la restauradora, es de granito, un material "menos frágil" que el bronce de la de Linares Rivas, aunque también explica que el estado de conservación es "bastante complejo". Entre las labores para dejar al poeta como nuevo, retirarán los morteros de cemento para sustituirlos por unos de cal y arena.

En tres o cuatro semanas, la estatua estará renovada aunque hay otras que ya tienen finalizadas las labores de conservación, como el busto de Murguía o Pondal o la estatua sedente de Emilia Pardo Bazán. A algunas de estas, solo le restan letras de bronce que habían desaparecido. Y es que los daños realizados por la mano del hombre son una parte importante de las tareas de rehabilitación que tienen que hacer los profesionales.

En este primer grupo de daños se encuentran los impactos, con piedras o botellas, relata la restauradora, o los grafitis. Pero también hay daños causados por el paso del tiempo. Los diversos materiales de los que están compuestos los monumentos, como caliza, mármol, granito o piedra, y las colonizaciones biológicas que sufren, como líquenes o moho, así como los excrementos de las aves son otros daños sufridos. Estas últimas situaciones, lógicamente, se van a repetir en próximos meses, por lo que la experta sugiere "observación" para saber cuánto hay que tratar otra vez estas piezas del patrimonio coruñés, aunque augura que en un período de dos o tres años deberían ser tratadas por profesionales.

Jiménez hace hincapié en que sean expertos porque, dice, es evidente en muchas de las estatuas que, en el pasado, personas "no cualificadas" desarrollaron labores en las estatuas, con la diferencia que supone en el resultado final. "Es completamente distinto", explica, poniendo en valor su profesión, que realiza una labor "delicada" y específica para arreglar desperfectos y cuidar uno de los patrimonios más importantes.

El equipo hace un llamamiento a la ciudadanía a tener "la responsabilidad de mantenimiento del legado histórico cultural" y lamentan que el descuido y olvido de este tipo de monumentos es "tónica general" en todas las ciudades. En cambio, la directora considera que son una "imagen de marca" de las urbes que hay que mantener y cuidar. Una de las maneras que propone para ponerlas en valor es realizar visitas escolares y de público en general para entender el "hilo conductor" de las estatuas de Méndez Núñez.