Tiburones, doradas, lubinas y meros recorren diariamente la pecera de la sala Nautilus, en el Aquarium Finisterrae. Un espacio diferente, cuya decoración recuerda a la del gabinete del capitán Nemo a bordo de su submarino, en la que hacen falta cambios. La sala está pendiente de la sustitución de una máquina deshumectadora que se encarga de renovar el aire acondicionado.

Esta obra, que puede llevar días por las dimensiones de la máquina, obligará a cerrar durante unos días la sala Nautilus. "La sustitución de la máquina ya está presupuestada pero no sabemos cuándo se realizará", expone el director de los Museos Científicos coruñeses, Marcos Pérez. Lo que sí se sabe es que la actuación se llevará a cabo antes del 31 de diciembre, pero el Aquarium todavía no ha concretado una fecha exacta. "Lo ideal sería hacerlo en periodos de poca afluencia de público, como son los meses de invierno, ya que ahora en agosto tenemos muchísimos visitantes", apunta Marcos Pérez.

Ya que se trata de una sala especial, con una piscina de cinco millones de litros de capacidad, el tratamiento del aire acondicionado es muy importante. "Es una sala con mucha humedad y no se pueden empañar los cristales", comenta el director de los Museos Científicos, quien revela que una obra de estas características podría durar "una semana, más o menos".

Para evitar que los visitantes del Aquarium abonen el precio completo de la entrada cuando la sala Nautilus no esté disponible, la Junta de Gobierno local aprobará hoy la reducción de la tarifa. La entrada general, a diario, cuesta 10 euros aunque hay tickets con descuento para menores de 14 años y mayores de 65, que deben pagar cuatro euros para ver el Aquarium y sus exposiciones. También se ofertan packs de 12 euros que permiten el acceso al Aquarium, la Domus y la Casa de las Ciencias, principales museos científicos de la ciudad.

Los problemas con el aire acondicionado de este singular espacio, una de las atracciones favoritas de los visitantes, ya se han empezado a notar durante el último mes. El pasado viernes 10 de agosto, la sala Nautilus permaneció cerrada al público por las altas temperaturas y la calidad del aire. Fueron solo unas horas pero algunos turistas se quedaron sin ver a los tiburones de la Casa de los Peces, aunque en el acceso se informaba de este imprevisto. La actividad se retomó aquel día a las seis de la tarde, pero el Aquarium ya ha solicitado el cambio de la máquina deshumectadora para evitar este tipo de situaciones y que los turistas puedan sumergirse en el mundo del capitán Nemo.