El profesor Moisés López ha vuelto de su estancia en Washington con la maleta cargada de conocimientos y nuevas ideas sobre cómo enseñar física a sus alumnos de Bachillerato del Santa María del Mar. Fue el único docente español que participó en la primera edición del Programa Internacional de Física y Astronomía para educadores de Secundaria en el observatorio de ondas gravitatorias LIGO. "Fue una experiencia fantástica y muy positiva", confiesa.

Aunque el hilo principal del proyecto eran las ondas gravitatorias, las conferencias trataron sobre otros temas como "la teoría de la relatividad, la óptica, los agujeros negros o el aislamiento del ruido", recuerda el profesor. Un programa "muy dinámico" en el que también se desarrollaron talleres prácticos. "He sacado muchas ideas y material para hacer actividades para que los alumnos aprendan cosas sobre la gravedad", expone.

Eso es lo que se lleva de su aventura americana y lo que ganarán sus estudiantes. Los expertos del programa LIGO explicaron actividades que se pueden realizar a bajo coste para enganchar a los alumnos a la física. "Juegos de tablero, como el risk, sobre astrofísica o física nuclear y cartas con distintas etapas de la evolución de una estrella", detalla Moisés López sobre algunos de los talleres que podrá llevar a cabo en su clase a partir de septiembre. Internet también juega un papel importante en esta evolución del aprendizaje. "Hay páginas web en las que se pueden cargar simuladores. Ahora muchos colegios trabajan con ordenador o tablet así que es algo sencillo", apunta.

En su estancia de una semana en Washington también hubo tiempo para las excursiones. "Visitamos las instalaciones del observatorio LIGO, una sección del tubo donde se halla el haz láser y fuimos al Reactor B del proyecto Manhattan, el primer reactor nuclear a gran escala de la historia", explica aún entusiasmado, y añade: "Fue muy interesante".

Para hacer más enriquecedora la experiencia, la compartió con otros 23 profesores procedentes de Bulgaria, Suiza, Italia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos y Jordania. "Tuvimos una interacción muy buena. Estábamos todo el día juntos, incluso después de las conferencias, y compartimos conocimientos. Incluso hicimos un picnic al lado del río Columbia", comenta. La relación entre los participantes del programa LIGO continúa a través de Facebook. "Hicimos una página privada para seguir en contacto e intercambiar ideas. Hablamos de artículos o charlas a las que vamos", revela el profesor.

"He sacado muchas ideas y material para que los alumnos aprendan sobre la gravedad", explica

Este programa de formación para graduados y profesores se creó meses después de que Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish fuesen galardonados con el Nobel de Física de 2017. Los pioneros del proyecto LIGO lograron observar las ondas gravitacionales: ondulaciones de espacio-tiempo producidas por materia acelerada.

Para crear este proyecto, en el que se seleccionaron a 25 docentes de todo el mundo, los organizadores se inspiraron en un programa similar para educadores en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), en el que también participó el año pasado el profesor de Matemáticas y Física del Santa María del Mar. El objetivo de aquel curso fue saber inculcar la pasión por la ciencia a los alumnos. La misión continúa.