Los bomberos sofocaron en la tarde de ayer un incendio declarado en el número 41 de la calle Cordelería, en el local de hostelería nocturno El Taller, que lleva más de dos décadas abierto. Aunque no se ha confirmado el origen del fuego, todo apunta a que fue un cortocircuito que se extendió al falso techo por el conducto del aire acondicionado. Cuando llegaron las dotaciones del servicio de extinción de incendios, sobre las cuatro de la tarde, el humo no permitía acceder con seguridad al interior, que no tiene ventanas, por lo que los efectivos tuvieron que realizar una ventilación forzada para entrar. Una vez dentro, procedieron a tirar todo el falso techo, donde encontraron varios conatos de fuego. A las seis de la tarde, los efectivos dieron por extinguido el incendio calificándolo de "muy laborioso".

Uno de los bomberos explicó que la existencia de placa de hormigón entre los pisos evitó que el fuego afectara a los pisos superiores aunque apuntó que revisaron todo el edificio para evitar posibles complicaciones. La Policía Local procedió a cortar el tráfico de la calle, en su cruce con Comandante Fontanes, hasta pasadas las seis y media, ya que la motobomba ocupaba el único carril del vial.

El propietario del local, Carolo González-Moro, con lágrimas en los ojos y muy afectado, entró al local con un par de bomberos para ver el estado en el que había quedado y comprobó que muchos de los objetos de decoración se habían perdido, entre ellos, fotografías de Vari Caramés o antiguos carteles con valor cultural y sentimentales.

A su salida, comentó que no pudo ver con claridad, ya que alumbraba la escena solo una linterna, el estado del mural del pintor Xaime Cabanas, en la pared del fondo del establecimiento. Familiares y amigos del propietario, que observaron las labores de extinción, preveían que podría recuperarse con labores de rehabilitación. Uno de ellos pudo salvar, en la zona de la entrada, una gran careta del Carnaval veneciano realizada, según comentaban, por un artista local. Desde el exterior se podía apreciar la barra de madera, aún en pie, y mucho escombro, resultado de la caída del falso techo.

Mientras los bomberos recogían los materiales utilizados para la extinción del fuego y se refrescaban tras la ardua tarea, el propietario ya se preparaba para contactar con el seguro y comenzar las labores de limpieza del local.