Vocal, secretario y presidente. En dos etapas, de 1995 a 2003 y de 2011 a 2018, Justo Pérez Ceán ha sido parte activa del comité de empresa del aeropuerto de Alvedro. Esta semana se jubila a los 60 años, tras 28 de actividad en AENA como bombero y jefe de dotación.

- ¿Ahora mira al pasado o hacia el futuro?

-Le respondo con una anécdota. Hoy recordaba con mis compañeros que cuando empezamos en el comité contábamos a pie de avión los pasajeros que aterrizaban de los vuelos de Aviaco. Hoy ya no se hace eso, pero todos los meses estamos pendientes de las estadísticas de AENA para ver cuántos viajeros pasan por Alvedro. En ese sentido, poco hemos cambiado.

- Antes aterrizaban 100.000 pasajeros en todo el año, ahora más de un millón.

-El crecimiento de Alvedro nunca ha sido fácil. Pero el comité de empresa, los vigilantes, las fuerzas de seguridad, las limpiadoras... hemos puesto nuestro grano de arena diario para que su futuro no parezca estar tan comprometido. Si los usuarios no se sintieran cómodos con el aeropuerto, no llenarían los aviones como los llenan ahora.

- ¿En qué ha evolucionado más el aeropuerto en 20 años?

-Una de las reclamaciones que hicimos con más ahínco fue el sistema de ayudas para la cabecera 03, que está al caer. Eso le va a dar al aeropuerto un potencial increíble porque va a minimizar los desvíos, mejorar las maniobras, generar ahorro de tiempo y económico a las compañías y reducir daños al medio ambiente. Este avance refleja por dónde ha ido nuestra lucha.

- ¿Qué Alvedro tenemos hoy?

-Alvedro tiene un futuro inmenso, pero también tendrá el futuro que le quieran conceder AENA y las administraciones. No sé realmente hasta cuántos pasajeros podemos llegar, pero siendo como somos un aeropuerto de grupo 2 con nueve destinos y tres compañías, cuando la mayoría de los de nuestra misma categoría nos duplican o triplican en una cosa y otra, superamos a muchos en usuarios a final de año y tenemos nuestros aviones con plena ocupación o altísima.

- ¿Qué queda? o ¿qué nuevos destinos le gustaría tener en los próximos años?

-Nos queda París, Fráncfort, Alicante, Málaga. Mucho por hacer. Pero no se trata de muchos destinos, sino de elegirlos con cabeza. Tuvimos una experiencia con París con una frecuencia semanal que no funcionó. Es preferible no poner nuevas frecuencias a ponerlas sin la seguridad de que vayan a funcionar.

- Por el contrario, ¿en qué aspectos se ha estancado Alvedro o no ha avanzado como debería?

-La terminal está caducada desde hace años, se ha quedado corta. Para dar servicio al pasaje que tenemos hoy se están haciendo remiendos. Y la ampliación que se hizo de la pista para mí fue una gran decepción. Nos quedamos con escasamente 90 metros más de los que teníamos para aterrizar, y todo por no haber hecho las obras necesarias para no tener que haber desplazado el umbral de pista.

- ¿Diría que el aeropuerto ha unido o separado a las administraciones?

-En la historia de Alvedro, la única administración que peleó por el aeropuerto fue el Ayuntamiento, con todos los gobiernos, a quienes se lo agradecemos. Tiene mucho que ver en los más de 1,2 millones de pasajeros. Esto contrasta con el olvido que siempre hemos tenido por parte de las administraciones autonómica y estatal, con inversiones que se hicieron cuando ya no quedaba más remedio.

- ¿Con qué momento de especial satisfacción se queda, tras todos estos años en el comité?

-Lo mejor fue la transformación que sufrió Alvedro con la reforma de la terminal, la misma que hoy se ha quedado caduca, y la ampliación de la pista, que hicieron que pasáramos de competir en Regional a hacerlo en Segunda.

- ¿Y algún momento que quiera olvidar?

-La quiebra de Spanair, que tenía una gran incidencia en Alvedro. Nos hizo perder muchos pasajeros y se perdieron puestos de trabajo por traslados y despidos.

- Ahora jubilado, ¿a volar?

-Algo viajaré, desde A Coruña, Santiago u Oporto. Eso es una suerte, poder volar desde terminales cercanas. Hay que dejarse de localismos, mejor nos iría a todos.