Este domingo, los socialistas coruñeses estamos llamados a las urnas para elegir a la persona que encabezará la lista y el proyecto socialista en las elecciones municipales. Durante más de 25 años nuestra ciudad fue capaz de convertirse en una urbe referente en políticas sociales, culturales o educativas. Una ciudad emprendedora y cívica, con un fuerte incremento económico de nuestro sector servicios. Una ciudad que vio crecer a nuestra Universidad, la red de centros cívicos, bibliotecas, museos científicos o redes deportivas. Una ciudad gobernada desde políticas progresistas, pero que crecía como resultado de un compromiso de toda la ciudadanía, de los agentes sociales, económicos y de importantes pactos entre las distintas instituciones. En definitiva, entre los años 80 y la primera década de este nuevo siglo XXI nuestra ciudad y todo nuestro entorno metropolitano, crecieron de la mano de un gran pacto social.

Durante estos dos últimos mandatos, bajo gobiernos conservadores y rupturistas, A Coruña ha sufrido un serio frenazo. Un frenazo que, además de ser inevitable consecuencia de la crisis, fue agravado por la falta de inversión local, de políticas innovadoras y con visión de futuro.

A Coruña tendrá en los próximos años una oportunidad única para rediseñar su borde litoral, como consecuencia de la desafectación a los usos portuarios de miles de metros cuadrados. La ciudad no puede perder esta oportunidad enredada entre eslóganes sin contenido de unos y ardor especulativo de otros. Al igual que sucedió en los años 90, en que gobiernos socialistas del Estado y la ciudad fueron capaces de aunar esfuerzos en la construcción del paseo marítimo urbano mayor de Europa, la oportunidad que representa la integración de los terrenos de Batería y Calvo Sotelo en la ciudad debe aprovecharse para reformular un proyecto pensado para mejorarla, estética, pero también socialmente.

Durante los mandatos del PP y de Marea, agudizados por el boicot a proyectos de la ciudad por parte del Gobierno Feijóo, A Coruña muestra síntomas de parálisis, de haber perdido la brújula. Las políticas conservadoras cortaron de raíz cualquier programa social y cívico que no tuviese un planteamiento meramente caritativo, sin capacidad para generar nuevos proyectos de integración social. Marea ha sido y está siendo absolutamente incapaz de gestionar buenos deseos con preocupantes dosis de demagogia.

La gente en nuestra ciudad, en nuestra ciudad metropolitana, necesita despertar de este letargo en el que la tienen sumida las instituciones. Los últimos gobiernos municipales y la Xunta mantienen anestesiada cualquier iniciativa pública necesaria. Pero A Coruña está viva, A Coruña es una ciudad de vanguardia, lo fue y quiere volver a serlo, una urbe cosmopolita, moderna en términos sociales y culturales. Porque son muchas las entidades sociales, los emprendedores, los comerciantes, las pequeñas y grandes empresas que siguen adelante y que innovan cada día. Pero necesitan rapidez y certidumbre en la gestión, seguridad jurídica, reanudar el dialogo hoy roto con los distintos agentes sociales, así como la capacidad para reordenar los retos a los que nos enfrentaremos aprovechando todo nuestro potencial.

Pero este nuevo reto no puede afrontarse desde planteamientos conservadores ni desde visiones no realizables. El reto de nuestra ciudad es apostar de nuevo por un liderazgo netamente progresista, con acreditada capacidad de gestión, que apueste para reconstruir un nuevo pacto ciudadano, un nuevo contrato social con nuestra ciudad y con toda nuestra área metropolitana.

La incertidumbre y la velocidad de los cambios son las características del tiempo que nos ha tocado vivir. Las necesidades de la ciudadanía y las formas de manifestarlas han cambiado. Pero solamente desde la izquierda es posible afrontar esas transformaciones desde la inclusión (social, territorial, de género), logrando que nadie quede atrás en la ciudad. Tenemos que construir una ciudad que afronte todos los retos que se le plantean sin excluir a nadie, gobernar desde la izquierda pero para todos los ciudadanos.

¡Nuestra ciudad necesita un nuevo impulso!