La Audiencia Provincial juzgará a partir de mañana una petición de la Fiscalía de 34 años de cárcel para el acusado de violar, denigrar, maltratar y amenazar a su expareja tanto en los dos años y medio que duró su relación como tras la ruptura en marzo de 2009, en ocasiones en presencia de la hija que ambos tienen en común. La pena solicitada incluye la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima, de su hija y del padre de la agredida y de comunicarse con ellos durante cinco años.

El escrito de la fiscal recoge hasta ocho hechos constitutivos de delito cometidos por el acusado, que responde a las iniciales J.A.V. P., entre mayo de 2008 y mayo de 2009: maltrato, coacción, amenazas y agresión sexual sobre la mujer con la que mantuvo una relación sentimental entre octubre de 2006, cuando ella tenía 16 años, y marzo de 2009. El acusado había sido condenado por un juzgado de lo Penal de A Coruña una semana antes de comenzar la relación con la víctima por delitos cometidos sobre la que entonces era su pareja.

El maltrato, según señala el escrito de la Fiscalía, se agravó "notablemente" a partir de la separación y se proyectó sobre el padre de la joven y otros parientes y amigos de la familia, quienes temieron por la seguridad de la mujer tanto en los periodos en los que la pareja vivió en distintos pisos de una localidad coruñesa como en los que se trasladó a la casa de los padres del acusado, uno de ellos tras el nacimiento de la niña en 2008.

El texto de la fiscal relata diversos episodios de dominación, maltrato, desprecio, insultos y control de su persona y de su dinero por parte del acusado desde el inicio de la convivencia a comienzos de 2007, como escupitajos, tirones de pelo, bofetadas, patadas, golpes con objetos y tratos vejatorios. Uno de los hechos delictivos recogidos, dos meses después de la separación, alude a la agresión sexual que sufrió la mujer en un coche a la salida de la AP-9, a la que accedió, mientras la niña dormía, presionada por el hombre, que la amenazaba con un cuchillo en la barriga.

La delicada salud de los padres de la víctima y su silencio y temor al trato que le dedicaba su pareja provocaron la tardanza en denunciar los hechos, que se cometieron de forma continuada y fueron constatados por la familia de la joven, señala la Fiscalía.