Veinte años después de su construcción, ha llegado el momento de hacer obras en la planta de Nostián para modernizar sus procesos y alcanzar los niveles de reciclaje que exige la Unión Europea para 2030. La próxima concesionaria de la planta -el actual contrato expira en enero de 2020- tendrá que realizar obras por valor de 42 millones de euros, IVA incluido. Según el proyecto que se somete desde esta semana a consulta pública, se invertirán casi 10 millones en mejorar la tecnología para aumentar la recuperación de envases y otros materiales. La otra novedad son los trabajos para que la planta pueda crear compost de distintas calidades en función del tipo de materia orgánica que reciba.

Una de las novedades reside en los biodigestores, los cuatro grandes cilindros herméticos que se levantan sobre el perfil de la planta, donde se descompone y trata la materia orgánica. En este momento, solo funcionan tres de los tubos, que tratan hoy en día indistintamente todos los residuos orgánicos, esto es, no solo los que proceden del contenedor verde (orgánico), sino aquellos que introducen los vecinos que no reciclan en el contenedor amarillo (inorgánico) y que es un porcentaje importante. El primero tiene mucha más pureza (un 80%) para su reciclaje.

Con los cambios que se realizarán en la planta, dos de los reactores tratarán la materia orgánica procedente de los contenedores amarillos. Así, un tercer reactor tratará específicamente la fracción orgánica de los contenedores verdes, de lo que se obtendrá un producto: compost de clase B. Según explican fuentes municipales, es compost de alta calidad pero tiene algunas impurezas y no llega para hacer compost ecológico. Al margen, el Concello también tiene el objetivo de conseguir un compost de calidad A o ecológico, que procedería de la recogida selectiva de grandes productores.

La inversión para ello es de casi 10,6 millones de euros: 4,3 en tecnologías de separación de impurezas que pueda tener este residuo y 6,3 millones para túneles de compostaje diferenciados por la calidad del residuo.

Al margen de la actuación para los residuos orgánicos, hay 9,4 millones previstos de inversión para el inorgánico. Se proyecta con ellos la incorporación de dos líneas que permitan tratar cincuenta toneladas a la hora por línea con recuperación de materiales. Lo que se quiere es incrementar la recuperación de envases y otros materiales, lo que es también una fuente de ingresos para la planta. El material fino que resulte se transportará a una nave de tratamiento de materia orgánica (antes nave de pretratamiento) para procesarla y su materia orgánica se enviará a los dos biodigestores especializados para tal uso.

Al margen de las inversiones para maquinaria y nuevas tecnologías, en el presupuesto hay 1,7 millones reservados para "obras de urbanización y obra civil". Una parte importante se destina a la que antes se llamaba "nave de reciclaje", en desuso. Prácticamente se volverá a hacer nueva, con mayor volumen que la actual, para consignarla a la línea de orgánico. La partida incluye además las obras de renovación de los fosos actuales acorde con el nuevo proyecto, las líneas diferentes de separación de los residuos a la salida de los biodigestores y toda la construcción de los túneles de compostaje aerobia (obra dentro de la nave de compostaje). Además, habrá trabajos de mejora en la depuradora que tiene la planta.