"Se puso en contacto con la autoescuela y luego con nosotros. Valoramos su caso, la animamos y no vimos gran dificultad porque he visto gente con más dificultad que ella", explica Baltasar Barros, de Talleres Vilanova, sobre la adaptación que esta empresa efectuó en el vehículo de Celia Regueira, vecina de Arteixo que nació sin brazos y que desde hace unos días conduce al disponer de un coche adaptado a sus condiciones físicasCelia RegueiraArteixo sin brazos.

Barros detalla que tuvo que adquirir un coche "con el máximo posible de automatismos", aunque aclara que pese a que no los tuviera de fábrica se podrían haber instalado en el vehículo. Al no disponer de brazos para activar los mandos, necesitaba un coche con sistema de luces largas y cambio de marchas automático, arranque por botón, cierre centralizado y limpiaparabrisas automático.

Pero en Talleres Vilanova hubo que adaptaciones especiales para ella, como la activación de los intermitentes con el pie izquierdo o la modificación del asiento porque su estatura es más reducida de lo normal. Otra de estas adecuaciones fue la instalación de un pomo especial con tres puntas en el volante en el que encaja la pequeña extremidad que tiene en lugar de brazo y que es con lo que realiza los giros. Barros señala que, a pesar de lo que pueda parecer, Celia "no va excesivamente pegada al volante" y considera que el trabajo realizado en este vehículo "no es especialmente distinto" a otras adaptaciones acometidas por esta empresa.

Pero Celia no solo tuvo que arriesgarse a adquirir el coche antes de saber si sería capaz de obtener el carné de conducir, sino que además tuvo que instalarle un doble mando para poder realizar las prácticas de la autoescuela. Y, además, todas las innovaciones técnicas que se introdujeron tuvieron que ser autorizadas por la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

Para Baltasar Barros, la adaptación del coche de Celia "es llamativa porque es poco común pero no es la más complicada". Como ejemplo de otros trabajos más complejos señala el necesario para que conduzcan tetrapléjicos que no tienen movilidad en las piernas y una fuerza reducidísima en los brazos, o los sistemas de conducción directa desde una silla de ruedas, mientras que en otros casos se llega a anular el volante y se coloca un joystick, el mando con el que se manejan algunas consolas de videojuegos. Barros añade que uno de sus clientes "es muchísimo más bajo que ella y tiene además dos pequeñas extremidades, por lo que conduce con un volante al que se incorporaron dos cazoletas".

Talleres Vilanova modifica entre 100 y 120 coches al año y no aprecia un aumento de la demanda en los últimos años porque los jóvenes que tienen una discapacidad "siempre tienen intención de conducir". Barros admite que el coste de todas las adaptaciones es alto y las ayudas muy pocas, ya que solo si la persona tiene movilidad reducida puede tener derecho a una rebaja en el IVA. Pero la autoestima que ganan la personas que consiguen conducir "es lo más importante de todo", según Barros, ya que "quieren ser libres de moverse sin tener que estar acompañados siempre".