Las palomas parecían estar ayer revolucionadas en el estadio municipal de Riazor. Mientras se disputaba el partido entre el Deportivo y el Nástic, algunos grupos de aves estuvieron picoteando el césped impasibles hasta que los jugadores las espantaban con sus aceleradas carreras hacia el área contraria. Otras muchas se dedicaron durante el enfrentamiento a lanzar deposiciones en la zona de pabellón superior, lo que ocasionó la huida de muchos abonados de sus butacas. En la grada infantil, el revuelo entre los pequeños se repetía cada vez que aparecían en el suelo, o en alguna prenda de ropa, heces de las palomas, provocando risas entre la afición.