El hombre acusado de matar a su suegra, de 73 años, en agosto de 2017 en Monte Alto declaró en el juicio que no tenía intención de hacerle daño; pero que, al no dejarle ver a su hija, "la zarandeó y se cayó al suelo". Del resto de lo ocurrido, dice no tener "nada claro" puesto que "ya no era persona". Así lo manifestó en la primera sesión del juicio, con jurado popular, que se inició ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña.

El hombre fue detenido por la Guardia Civil el 21 de agosto de 2017, acusado de haber matado a la madre de su expareja y secuestrado a su hija, de 21 meses. Los agentes encontraron al presunto asesino a las seis de la madrugada en una pensión de Fonteculler, donde tenía dos billetes de avión, para salir desde Alvedro con su pequeña.

La Fiscalía pide para el hombre una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato, una pena que las dos acusaciones particulares -que representan los intereses de las hijas de la fallecidas- elevan a 25 años de prisión, al entender que, además de alevosía, hubo ensañamiento. Ambas acusaciones solicitan al tribunal de la Audiencia Provincial que le prohíba al sospechoso residir en el término municipal de A Coruña durante 30 años.

En su escrito de calificación, la Fiscalía sostiene que el hombre golpeó a la mujer "de manera brutal" y que, después, le ocasionó la muerte por asfixia. Sin embargo, en su declaración, el acusado, diagnosticado de toxicomanía, síndrome ansioso depresivo y trastorno mixto de la personalidad, acudió a la vivienda de su suegra para recoger a su hija, puesto que había visto una fotografía en una red social en la que su pareja "estaba con otro hombre". Al ver esta imagen, el procesado reaccionó y fue a casa de su suegra con "la única intención de ir a por la niña", negando así cualquier tipo de intencionalidad de hacer daño a la víctima. "Pienso que si vas a hacer daño a una persona vas preparado, no es una arranque", dijo el procesado en referencia a lo que allí ocurrió.

El acusado argumentó que la víctima lo "agredió" primeramente. "Me agarró", declaró el hombre quien, ante esto, no sabe "si fue queriendo o sin querer", respondió "zarandeando" a la mujer que cayó al suelo. El acusado, que sólo ha respondido a preguntas de su letrada, aseguró que no tiene "claro" lo que pasó allí, puesto que "ya no era persona". "Yo sólo quería sacar a mi hija", declaró.

Preguntado por los mensajes intimidantes que mandó a su expareja antes y después del asesinato, el acusado explicó que lo hizo por conocer el estado en el que se encontraba la mujer. "Yo ya no sabía que hacer, solo me ponía más nervioso", afirmó. La defensa del procesado pide que los hechos sean considerados como un delito de homicidio imprudente, puesto que el hombre no tenía intención de hacerle daño, simplemente "estalló y se produjo un trágico desenlace".