Lo habitual es que a diario utilicen el comedor del colegio Ramón de la Sagra, en Elviña, casi 150 alumnos (algún día rozan los 180), aunque el aforo está limitado a 66 ocupantes. Ello obliga a organizar turnos de rotación, entre dos y medio y tres entre las dos y las cuatro de la tarde. Cuando cinco niños terminan de comer, por ejemplo, otros cinco se sientan a la mesa. "Hay que vivirlo para comprenderlo", advierte Gema Pérez, madre del ANPA del centro y encargada del comedor. Este lunes compareció en el escaño ciudadano del pleno para explicar las dificultades que se encuentra el colegio por la baja capacidad del comedor, cuyo plan de ampliación está paralizado por el Gobierno local por falta de presupuesto suficiente. Pérez reclamó al Ejecutivo ampliar el crédito en el cambio en las cuentas aprobada en la sesión para que los colegios puedan mejorar sus instalaciones y rogó a los grupos que no utilicen el proyecto como "arma política". "Por política, unos niños se pueden quedar sin comedor", criticó.

"Con 200.000 euros que se modifican para el área de Educación, no va a llegar para la obra del Ramón de la Sagra ni de otros. La ampliación del aforo del comedor supone ganar entre 25 y 30 plazas. El estudio de detalle para la ordenación de volúmenes se aprobó en pleno a finales de 2018, pero al no haber nuevo presupuesto en 2019 no habrá obra y se va a congelar el proyecto dos años", lamenta la miembro del ANPA. La edil de Xustiza Social le respondió que el Concello realizará en los centros las obras que pueda acometer con los fondos del cambio aprobado.