José Manuel Rodríguez llegó a A Coruña en 1971 y ocho meses después ya formaba parte del Centro Asturiano. Pasó de socio a vocal y de ahí a vicepresidente hasta convertirse, hace 23 años, en presidente de la entidad. Un cargo que a sus 73 años ha querido dejar para dar paso a nuevos rostros, pero nadie se ha presentado a las elecciones. "Estaba convencido de que iba a tener éxito, de que alguien querría el cargo, pero no. No sé si es que no apetece o que tienen miedo", explica el ovetense, cuya idea es "implicar al resto de directivos para que uno de ellos acabe por hacer el relevo".

El presidente del Centro Asturiano recuerda que tuvieron que "modificar los estatutos" para que pudiese seguir dirigiendo la entidad, aunque tiene la "obligación de que si alguien quiere presentarse" debe "convocar elecciones inmediatamente". "Ojalá pasase", apunta.

Rodríguez asegura que "mucho ha cambiado" desde que compraron el local social en la calle Riego de Agua. "Todo se ha informatizado, aunque quizá hay quien le tenga respeto a eso y por eso no quiere ser presidente", señala el asturiano, que a pesar de sus 48 en la ciudad conserva el acento. "Y cuando voy a Asturias me dicen que tengo acento gallego", bromea.

A José Manuel Rodríguez le preocupa, además, que "las nuevas generaciones no se interesen por el Centro Asturiano", algo que, según le cuentan sus compañeros, "está ocurriendo en todas las ciudades". "Ya no necesitan pagar una cuota porque tienen las redes sociales para quedar", comenta, y desvela que a día de hoy hay "210 familias que son socias" pero "la media de edad supera los 60 años". "¿Cuánto durará? No lo sé", añade.

Lo que tiene claro es que no quiere que "esta entidad se pierda por nada del mundo" y por eso continúa como presidente a pesar de su rechazo. Busca un sustituto aunque entiende que "es complicado". No pierde la esperanza.