La calle del Orzán y sus adyacentes vivieron ayer una jornada maratoniana dedicada al arte callejero. Una muestra en vivo y en directo de que los grafitis o similares son arte, y sirven para recuperar espacios degradados. "Esta iniciativa está muy bien porque muchos ven el arte callejero como vandalismo", afirma María Rodríguez. La artista participó en la primera edición del Ruarte Fest. Una propuesta con la que el Ayuntamiento pretendía recuperar espacios públicos degradados, cedidos por sus propietarios, a través de iniciativas artísticas.
Rodríguez está especializada en la ilustración infantil y su creación se ubica en la calle Orzán, número 157. "Viví muchos años en Madrid y echaba de menos la naturaleza y los bosques" y esta fue su inspiración para dar vida con sus pinceles a un pequeño animal que regresa a su hábitat.
Para esta artista, propuestas como el festival, son muy positivas para los artistas. "Te da mucha visibilidad y te preguntan, a mí una señora me dijo que quería que le pintase un trampantojo y le dije que sí". Además, las verjas, muros y fachadas que sirvieron como lienzos, "van a estar mucho mejor de lo que estaban".
Rodríguez contó con la ayuda de su hermana Irene para poder finalizar su mural con pintura acrílica. Mucho trabajo para llevar a cabo en poco tiempo, una sensación compartida por varios de los participantes. Entre ellos, Belén Serra, que propuso a la organización que la próxima edición, "se celebre durante un fin de semana, en vez de un solo día".
La artista se dedica a personalizar ropa. Después de estudiar Bellas Artes, encontró la manera de dar rienda suelta a su creatividad con la marca Calpurnia's. Además, participa con relativa frecuencia en actividades como la de ayer, ya que suele presentarse a concursos.
Para el festival de ayer, diseñó un corazón que florece en la esquina de Cordelería con Comandante Fontanes. Con su dibujo quiso plasmar el espíritu del festival:"que es que la ciudad florezca en puntos muertos y el corazón es un símbolo". "El corazón con las flores se repite en mi trabajo, durante un tiempo, me obsesionan las mismas cosas".
En Ruarte participaron una veintena de artistas de muy diversas técnicas y estilos. Entre los que optaron por el aerosol se encuentra Erre, que regeneró la verja de The Room.
Valoró que el Ayuntamiento lleve a cabo propuestas como la de ayer porque "nunca las hubo". Optó por colores vivos en un diseño que ya tenía y que tuvo que adaptar al espacio designado. "A la gente le está gustando".
También los pequeños tuvieron su espacio. El Ayuntamiento destinó una pared para que plasmasen su creatividad y fueron varios los que se apuntaron a la iniciativa para convertirse en artistas callejeros por un día.
