Para llegar a Ciudad Esmeralda, Dorothy y sus amigos, tuvieron que seguir un camino de baldosas amarillas, en algunas zonas brillante y ancho, en otras, un poco más oscuro y enrevesado, con baches y altibajos. Algo así es, para el PSOE, el documento político que A Rede, el máximo órgano de decisión de Marea Atlántica, aprobó el pasado jueves. Es un texto en el que ponen el foco sobre los temas que consideran más importantes en la legislatura que está a punto de asomar la cabeza.

No es un documento de líneas rojas. Es un camino por el que, si PSOE y Marea fuesen de la mano, parece que habría lugar para los obstáculos. El concejal de Emprego e Economía Social en funciones, Alberto Lema, explicó ayer que es un texto político de lo que, en la candidatura de confluencia, después de haber perdido el bastón de mando, entienden que se debe hacer en este camino a 2023, aunque sin aclarar en qué posición estarán cada uno de los protagonistas.

"Esperamos que el PSOE mantenga cierto rumbo de la ciudad que pensamos que está asentado en cuestiones relevantes, como la transparencia, la lucha contra la corrupción, la lucha contra el clientelismo, y cuestiones muy relevantes en el programa, como la participación, y algo que creo que forma parte del ADN socialista, el respeto por la diversidad", dijo ayer Lema, sin olvidarse de la transformación de los muelles interiores.

"Estamos preocupados por que el cambio de Gobierno suponga una vuelta al escenario de 2004", confesó el edil en funciones, que considera que los 500.000 metros cuadrados que quedarán liberados de su actividad portuaria, no pueden ser "pasto de la especulación" sino un espacio público, abierto al diseño y a la gestión pública". Para garantizar que eso sea así, en el documento, Marea Atlántica, a sabiendas de que los votos le han colocado en una posición determinante para la toma de decisiones en María Pita, con sus seis concejales, considera que su formación debe tener "un papel determinante" en el debate, por lo que defiende que debe estar "presente en cualquier ámbito de decisión o representación que tenga algo que decir sobre esta materia".

La formación se dio el pasado jueves un tiempo para la "reflexión", después de decidir darle el sí a la candidata socialista, Inés Rey, en la investidura del próximo sábado, ya que, sin sus votos, sería Beatriz Mato, la candidata del PP la que alzaría el bastón de mando. Marea Atlántica sabe que, durante este mandato, tendrá un "papel decisivo" aunque está todavía por definir desde dónde ejercerá su poder, si desde el Gobierno tras una coalición con el PSOE o desde la bancada de la oposición.

Ese lugar tendrá que decidirlo la militancia, ya que, según recordó ayer Alberto Lema, los estatutos de la formación exigen que este tipo de decisiones no se tomen en los órganos internos ni en una asamblea sino con una consulta a la militancia. Marea echa también el balón sobre el tejado del PSOE, ya que es esta formación que tiene más representación la que se debe esforzar en formar gobierno.

"Nueve concejales no es un cuadro de gobierno muy amplio, pero el PSOE debe considerar en libertad y responsabilidad cuáles son sus fuerzas. Marea Atlántica tiene que hacer la misma evaluación de qué lugar queremos ocupar en los próximos cuatro años y ahora es prematuro abrir ese debate", comentó Lema.

Ese camino de baldosas amarillas que compone Marea en su documento político, marca como un pilar sobre el que empezar a construir estabilidad en María Pita, que el PSOE no revierta los avances en transparencia, tampoco los que tienen que ver con la memoria histórica, los presupuestos participativos y la ordenanza de igualdad.

Otra baldosa está en la lucha contra el clientelismo y contra la especulación urbanística, también en que la Marea forme parte de los órganos que decidan sobre la fachada marítima; el incremento del gasto en Servicios Sociales, de modo que siga siendo la ciudad de Galicia "con mayor gasto social", incrementando, al menos, esta aportación que en 2019 se quedó en 105 euros por habitante y año, en un 20% durante los próximos cuatro años.

La Marea quiere recuperar también algunas de sus promesas de campaña para apuntalar el nuevo Ejecutivo, como la gratuidad de las escuelas infantiles o la eliminación del copago en la ayuda a la dependencia.

La puesta en marcha del procedimiento para crear el área metropolitana „que el PSOE quiso sustituir por un consorcio metropolitano durante esta legislatura„ "antes de que se acabe el año" y otros proyectos que Marea quiso hacer durante su mandato, pero que no acabó, son otras de sus líneas propuestas.

En este punto están la ampliación del carril bici, también el cambio del mapa de rutas del bus, bonificaciones en las tarifas y la apertura de un operador energético 100% público, para garantizar que nadie se queda sin suministro a pesar de sus carencias económicas.

La reforma de Alfonso Molina, la demolición del viaducto de la ronda de Nelle, la apertura de las naves de Metrosidero y las tan prometidas y nunca realizadas rehabilitaciones de los mercados de Adormideras, Monte Alto y Santa Lucía, están también en esa lista de deseos pendientes que Marea Atlántica tendrá presente cuando toque negociar más allá de la investidura.

En este documento, de cinco páginas, en los que se describen los pilares sobre los que, en opinión de Marea Atlántica debe sustentarse el nuevo Gobierno local hay también referencias a que no se "entorpezca la ejecución de los más de 25 millones de fondos europeos" conseguidos durante esta legislatura y pendientes de invertir.