En un mundo copado muchas veces por la cara desagradable de la vida, hay quien se esfuerza por construir un lado más hermoso. Una realidad alternativa, como observada por los ojos de un niño, en la que se suceden los paisajes idílicos, las fiestas y los paraísos en los que nos gustaría vivir. En el arte naif, debilidad especial de la galerista Ana María Souza de la Colina, la pintura sube un escalón más en su búsqueda de la belleza. Su edén inventado, representado por más de medio centenar de obras, tendrá hasta el 29 de junio su reino particular en Xerión, que inauguraba ayer una muestra colectiva sobre el estilo.

Enséñame a soñar incluye el trabajo de un total de siete creadores, que aportan ocho piezas plagadas de arcoíris, ferias y figuras esbeltas. El mundo al que dan forma es un guiño onírico pensado para "hacerte sentir bien", para "arrancarte una sonrisa" a pesar de todo e incluso, asegura Souza, para empezar con buen pie el día. La directora de la galería Xerión es una fan declarada del género, y confiesa que tiene varios cuadros naif en su haber. "Los tengo enfrente de la cama, y cuando me levanto lo hago feliz", dice la galerista, que monta al menos una exposición de este estilo cada año.

En la de este mes, se dan cita artistas "presentes en todos los museos naif del mundo", como Marisa Norniella, Victoria Ruiz y Menchu García Rendueles. La muestra cuenta también con piezas de Laura Esteban, y de su hermana recientemente fallecida Susana, así como de los gemelos Juan y Óscar Borrás, similares, además de en aspecto, en pintura. La exhibición de Xerión supone la primera vez que los autores exponen en conjunto, a pesar del parentesco. Su trabajo dará próximamente paso en el espacio a una muestra de primeras figuras de la escultura y pintura gallega, a la que seguirá otra protagonizada por Óscar Cabana.