Armadores de buques de pesca de A Coruña han debido trasladar sus barcos a otros puertos gallegos -como Ferrol, Muros, Marín y Burela- para efectuar trabajos de reparación o mantenimiento ante la inactividad de la única instalación disponible en la ciudad, Varaderos Lazareto, situada en la dársena de Oza. Este taller se halla bloqueado desde hace tres meses por la caída del pesquero Lumian, lo que impide la entrada de nuevos buques.

El propietario de la empresa, con el que este periódico ha intentado contactar sin éxito en numerosas ocasiones, no está dispuesto a asumir el coste de la recuperación del buque, por lo que es el propio armador quien financia a través del seguro del barco los trabajos que se desarrollan desde hace días en el varadero. Las operaciones son llevadas a cabo por una empresa especializada procedente de Madrid y está previsto que concluyan el próximo día 24.

"Hay barcos que ya han marchado a otros puertos para efectuar trabajos de pintura o mantenimiento o cualquier emergencia al no haber posibilidad en A Coruña", señaló ayer el gerente de la Lonja, Juan Carlos Corrás, quien expresó su deseo de que el estado actual del varadero sea "un problema provisional" y que los armadores puedan disponer de este servicio. Para Corrás, no contar con esa instalación sería "preocupante" porque es "uno de los atractivos de este puerto", ya que los armadores precisan de ella para realizar paradas anuales e inspecciones de los buques.

Fuentes portuarias informan además de que el propietario de tres buques de pesca que anteriormente tenían su base en el puerto guipuzcoano de Pasajes y que los había trasladado al coruñés decidió regresar a la dársena vasca ante la carencia de un varadero en esta ciudad. La imposibilidad de utilizar el único varadero coruñés deja a Ferrol como el puerto más cercano para acometer trabajos de mantenimiento o reparación. La alta demanda de uso de este tipo de instalaciones lleva a los armadores a reservar la subida al carro hasta con un año de antelación, debido a que la mayoría opta por realizar las inspecciones en verano.

Antiguos trabajadores aseguran que el varadero carece en la actualidad de personal y que los últimos empleados que prestaron servicio en el mismo fueron despedidos sin que se les abonaran parte de los salarios. El propio armador del Lumian se ha visto obligado a utilizar un generador ante la carencia de suministro eléctrico en el recinto. La Autoridad Portuaria manifestó al ser consultada por este periódico que Varaderos Lazareto mantiene su actividad, ya que la concesión está vigente, y que el único problema del que tiene constancia es el sucedido con el vuelco del pesquero.

Otro problema que afecta a la dársena de Oza es el cierre desde hace meses de la cafetería y restaurante existente en el recinto, lo que impide a los trabajadores de los barcos y oficinas de las empresas pesqueras hacer uso de este servicio y les obliga a trasladarse a establecimientos distantes de este muelle. La Autoridad Portuaria atribuye este cierre, que también afecta a la cafetería-restaurante de la plaza de Ourense a un "problema interno de la anterior empresa concesionaria" y asegura que ya ha puesto en marcha el proceso para que los dos locales reinicien su actividad en el plazo más breve posible. Ambos establecimientos exhiben un cartel en el explican su inactividad por "causas organizativas".