Hay quien sólo cree en la música pura; es decir, aquella que no se vincula a ningún elemento ajeno al arte de los sonidos; pero son miles „tal vez, cientos de miles„ los ejemplos de obras que se inspiran en textos literarios, en pinturas, en paisajes, en elementos de la naturaleza, en motivos costumbristas... Es lo que se ha dado en llamar música descriptiva y también música programática, de las que ya hallamos ejemplos en tiempos remotos; uno de los más conocidos es Las Cuatro Estaciones, de Vivaldi, verdadera obra maestra que hace apenas unos días se escuchaba en nuestra ciudad incluyendo la lectura de los sonetos en que se inspira. Alicia González Permuy, profesora del Conservatorio Superior coruñés y concertista, ha planteado un precioso programa, de alta exigencia interpretativa, y de carácter eminentemente descriptivo. Comenzó con las Estampas, de Debussy, cuyos subtítulos son suficientemente expresivos: Pagodas, Tarde en Granada y Jardines bajo la lluvia. Notable versión de Alicia, aunque superada por la difícil obra de Ginastera. De las tres danzas, la de la moza donosa posee una belleza delicada y melancólica „tan propia de mucha música de aquel país„ que la pianista supo traducir con un toque suave y refinado; en la danza del gaucho matrero (prófugo), mostró la artista un gran sentido del ritmo y una poderosa pulsación. Cuadros de una exposición es una obra de enorme complejidad, de cambiantes acentos (los distintos cuadros), que pone a prueba no sólo la calidad del intérprete sino también su resistencia porque, además de especiales dotes artísticas, exige considerable resistencia dada su larga duración. Alicia realizó una lectura impresionante que le valió encendidos aplausos. Magnífico recital de piano.