Sobre el tan genuinamente gallego utensilio de loza o barro utilizado en tabernas y furanchos para degustar el vino joven, la cunca, pesó, durante años, un prejuicio: el falso mito de que lo que se servía en ellas era vino peleón y de baja calidad, que se iba por la garganta dejando, al día siguiente, la boca seca y dolor de cabeza. Santa Cunca nace para acabar con este recelo y reivindicar que el vino gallego sabe mejor si se bebe en cunca.

Estos treinta compañeros recorrieron, ayer, por octavo año consecutivo, aquellos bares que no se han resignado a prescindir entre su género del vino servido en este recipiente. El Sanín, O Tarabelo, Casa Andrés, A Cunquiña o el bar Humor son algunos de los locales que componen el recorrido que emprende, puntualmente el último sábado de julio, la comitiva que compone Santa Cunca.

"Parece que la cunca se recuerda porque hace años, taberneros sin escrúpulos servían en ella el vino malo. ¡La cunca no es la responsable de que en su momento se hiciesen malos vinos!, recalcan los miembros del grupo, dispuestos a acabar con el prejuicio y quizá conseguir, algún día, que las grandes bodegas gallegas comprendan el valor del utensilio y lo recuperen para su propia oferta.

Como cualquiera sabe, el vino de cunca entra mejor si se acompaña con algo sólido. Por eso otra parada obligada es la comida en el Fiuza, otro establecimientos en la ruta. Este año es, además, el encargado de dar el pregón del festejo, en el que, en cada edición, uno de los locales explica la historia de la propia taberna. Tras el pulpo de rigor y la terraza de la Parra como escenario de una sobremesa de cánticos, retranca y anécdotas diversas, el grupo se trasladó a los bares de la zona de Elviña, como el Ribeirao, O Tabeirón y O Pitico.

La reivindicación de la cunca no es, sin embargo, el único objetivo del grupo. A lo largo de los años, el festejo ha ido evolucionando y adoptando un trasfondo más cultural e, incluso, con cierto carácter solidario, llenando el "universo Santa Cunca" de nuevas variantes.

Las llamadas "Conversas nas Catacuncas", encuentros trimestrales en las tabernas con diversos representantes del mundo cultural y asociativo coruñés, son buena prueba de ello. Próximamente, se espera que participen el presidente de la asociación musical Albéniz, Rafa Vázquez, y la directora de la Asociación de Bulimia y Anorexia de A Coruña, Fátima Pérez.

En cada encuentro, cada asistente aporta una pequeña cuota que es donada a diferentes asociaciones coruñesas sin ánimo de lucro, como la Cocina Económica, la Federación Galega de Enfermedades Raras e Crónicas o la Fundación Abracadabra.