Su charla, en el ciclo Educación siglo XXI, se titula Educación siglo XXIProfes que cautivan e inspiran

He hecho un cálculo y en toda la vida académica de una persona, desde Primaria y hasta la Universidad, tenemos en torno a 120 profesores. Yo tengo uno que me ha marcado, don Alberto, de Ciencias Sociales. Todos tenemos uno. El problema es que solo es uno, pero la inmensa mayoría no lo han hecho. Es algo que deberíamos intentar corregir.

¿Y qué debe hacer un profesor para cautivar e inspirar?

Lo primero es tener interés. Todo lo demás es opcional. No tengo tiempo, no soy innovador, no soy creativo... Si tienes interés, todo lo demás se va a encontrar. Yo soy absolutamente profecéntrico, creo que el profesor es lo más importante del sistema educativo. En mi opinión lo que es importante es que ellos se lo crean. Todo lo demás: los medios, entornos, circunstancias... claro que tienen influencia, pero el profesor tiene que seguir siendo el centro del aula.

Deben estar implicados

Los profesores que cautivan e inspiran son los que son capaces de meter su cuerpo, la potencia de su voz, de su conocimiento, su ilusión, la pasión.. en su clase. Es muy simple, hay dos tipos de profesores: los que le brillan los ojos cuando dan la clase y los que no. Y los primeros dan la clase con todo su ser y toda su alma.

Pero los alumnos no siempre ayudan a ese brillo

Esto no es una profesión para todo el mundo, es una profesión para personas extraordinarias. Y un persona extraordinaria es aquella que aporta extras. Todo incide en mi capacidad de influir en el aula pero puedo ver esas dificultades como algo que tengo que ser capaz de enfocar desde otro punto de vista, de darle la vuelta, de asumir que está dentro de mi reto intelectual o puedo dejarme llevar por las circunstancias. Puedes ver al alumno inatento o con dificultades como un problema o como o una oportunidad de sacar lo mejor de mi mismo.

¿El profesor debe ser dinámico con el objetivo de adaptarse a cada auditorio?

Sí, el cerebro necesita sorpresa, inflexiones. Al cerebro solo le gusta la novedad. Y no digamos al cerebro más inatento, lo que necesita es cambios de ritmo, ilusión, pasión, necesita sacarle de su zona de tranquilidad para que no tengamos cuerpos presentes con mentes ausentes. Por eso es tan difícil esta profesión.

¿Es el proceso de selección de profesorado actual el más adecuado para poder tener este tipo de profesores?

Cualquier proceso de selección de personal es complejo. Pero si yo puedo ir a una oposición con una grabadora y eso me permite aprobarla por encima de los demás, creo que el proceso tiene mucho margen de mejora. O dicho de otra forma, no me atrevo a decir que no sea fundamental esa capacidad de estudio y de emitir un juicio en un examen pero creo que no debe ser lo único que se le tenga en cuenta a un profesor.

¿La opinión de la sociedad está alejada del profecentrismo que usted defiende?

Si los grandes maestros de la historia de la humanidad resucitasen, Aristóteles o Platón, no creo que cuando llegase a clase dijesen: 'Lo siendo mucho, no puedo dar clase porque no hay wifi'. Creo que el profesor tiene que estar en el centro, es lo que tiene que marcar la diferencia. En educación hay mucha neurotontería. Todas las herramientas que le den y que faciliten su trabajo son bienvenidas porque uno no puede estar en contra de una pizarra digital o de un power point. Ahora bien, una cosa es que eso esté al servicio del docente y otra cosa es que los convierta en una voz en off en el aula.