Hace 527 años salió de A Coruña para no volver una joya de la ilustración medieval, la llamada Biblia Kennicott, hoy considerada como una de las biblias judías más valiosas del mundo. Había sido creada en la ciudad por encargo y se culminó el 24 de julio de 1476, pero la expulsión de los judíos de la Península por el Edicto de Granada en 1492 forzó a emigrar a la comunidad judía repartida por España, lo que sacó también del país el manuscrito bibliográfico. El próximo mes la misma biblia, la copia original, regresará a Galicia más de cinco siglos después para formar parte de la exposición Galicia, un relato no mundo, que se inaugurará el 14 de noviembre en el Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura de Santiago.

"La Biblia Kennicott es el testimonio más valioso de la presencia judía en Galicia en la baja Edad Media", recalca Manuel Gago, comisario de la muestra, la primera de las grandes exposiciones internacionales programadas con motivo del Xacobeo 2021. "Es un documento que nos permite conectar memorias y una prodigiosa fusión de culturas cristiana, hebrea y musulmana", añadió ayer en el acto de presentación, en el Arquivo do Reino de Galicia, del regreso de la biblia a la comunidad en la que se creó. A su lado permanecía abierto uno de los facsímiles que existen de la obra, que desde hace tres décadas descansa en la sede local de la Real Academia de Belas Artes.

La recuperación temporal de la Biblia Kennicott „la exposición durará seis meses„ ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado por la Xunta con la Universidad de Oxford, lugar en el que el manuscrito original ha estado custodiado con celo desde 1872, en la Bodleian Library. Allí acabó la obra tras casi tres siglos de incierto recorrido „se sabe que pasó por Portugal y Marruecos„ hasta que fue adquirida en Gibraltar por el responsable de la Biblioteca Radcliffe de la prestigiosa universidad británica, Benjamin Kennicott, para que formase parte de sus fondos.

Un legado extraordinario

La cesión de un objeto de esta importancia histórica y cultural no es habitual en una institución como Oxford, lo que subraya, en opinión de los promotores de la muestra, el carácter excepcional de su presencia en Galicia, a donde volverá con grandes medidas de seguridad. Para contribuir a sufragar parte de los gastos derivados de la gestión del préstamo y el seguro de la biblia se ha sumado al proyecto la Fundación Hispanojudía. "Esta pieza constituye un inmenso y fabuloso legado de lo que los judíos han dejado en España. Es un símbolo que nos permite redescubrir nuestra historia y dar visibilidad a la relevancia de la cultura judía en la historia de Galicia", resalta el vicepresidente de la Fundación Hispanojudía, Alberto Ruiz-Gallardón.

El origen de esta biblia judía lleva a A Coruña. En el entorno de la Ciudad Vieja residía a finales del siglo XV Isaac de Braga, hijo de un acaudalado comerciante judío de ascendencia portuguesa que ansiaba poseer un manuscrito sobre la cultura sefardita. Su intención inicial fue hacerse con la llamada Biblia de Cervera, de 1300, que pertenecía a la familia judía Mordechai, pero al no poder conseguirla optó por copiarla. Los historiadores atribuyen al escribano judío Moshe Ibn Zabarah la culminación de la biblia coruñesa, ilustrada por el entonces mejor iluminador de libros de Europa, Joseph Ibn Hayyim. El resultado dejó una obra original de 922 páginas, de las que 238 están ilustradas con vivos colores y lámina de plata, plagada de imágenes zoomórficas y antropomórficas y figuras estilizadas y abstractas, entre ellas el rey David en su trono y Jonás engullido por la ballena. También participaron el rabino David Kimchi y el gramático Sefer Mikhol.

Además de con la Biblia Kennicott, Galicia, un relato no mundo contará con otras 300 obras significativas sobre "la historia, los mitos y la memoria de la identidad gallega a lo largo del tiempo y del mundo", comenta el comisario de la exposición. El Libro de las Invasiones, el Mapa de Sawley, el Cancionero de la Vaticana o la escultura Santa de Francisco Asorey son algunas de las piezas procedentes de colecciones privadas o prestadas por 60 entidades de ocho países que se podrán ver en el monte Gaiás.