Se apuntó a una prueba para probar suerte, y ahora prepara las maletas para marcharse a Girona y aprender el arte de la gastronomía junto a tres grandes maestros: los hermanos Roca. Le ha ocurrido a Ana de la Calzada Camarero, una cocinera coruñesa con raíces en Arzúa y titulada por el Centro Superior de Hostelería de Galicia que describe esta experiencia que está por venir como "un sueño cumplido". "Nunca me pude imaginar que sería una de las seleccionadas, y jamás pensé que llegaría a formarme en El Celler de Can Roca, estoy muy feliz", afirma la coruñesa, que no es la primera vez que comparte fogones con grandes referentes: "También trabajé en el Heart de Ibiza, con los hermanos Adriá, y en el Akelarre, con Pedro Subijana".

Y es que para la joven chef de 33 años, formarse es fundamental en la trayectoria de cualquier cocinero y, según ella, "esa es la única forma de mejorar y crear puentes hacia otros sitios". La oportunidad para aprender junto a los hermanos Roca durante cuatro meses en el restaurante con tres estrellas Michelin viene de la mano del BBVA, pues ha sido la institución bilbaína la que ha promovido esta beca formativa con foco en la gastronomía sostenible y de innovación con plazas para diez personas.

Tal y como declara De la Calzada, el proceso de selección no ha sido fácil, ya que la competencia la conformaban 396 personas. La primera criba fue una entrevista personal, y tan solo 30 seleccionados viajaron a Girona con el BBVA para competir por su plaza. "Allí conocí a todos mis compañeros, que fueron maravillosos. Todos dimos lo mejor de nosotros mismos", explica la seleccionada.

La treintena de aspirantes se batieron en un duelo bajo el liderazgo del equipo de innovación de El Celler para demostrar sus habilidades, pero el desafío no terminó ahí. Como prueba definitiva, los finalistas tuvieron que elaborar una receta propia inspirada en su historia y sus experiencias personales, con un tiempo límite de tres horas.

Para ello, la coruñesa echó mano de los recuerdos de su municipio de origen, Arzúa, y su propuesta se inspiró en los productos de temporada y autóctonos de su tierra, aspectos muy valorados en la filosofía culinaria del El Celler. "Elaboré una xarda marinada y ahumada en recuerdo de mi aldea, y también utilicé verduras de temporada: una berenjena asada, acompañada con un hummus y un helado de berenjena, todo ello decorado con pimientos encurtidos y rábanos y, por último, alcachofa frita con maíz gallego", detalla.

Todavía no sabe qué ocurrirá al terminar esta experiencia en Girona, pero Ana de la Calzada tiene claro cuál será su siguiente paso: "Me encantaría abrir mi propio restaurante", concluye.