El Ayuntamiento construirá en la ladera del monte de San Pedro, poco antes de llegar a O Portiño, el primer observatorio ornitológico del entorno de A Coruña. La instalación está orientada a observar las islas de San Pedro, un pequeño archipiélago en el que se refugian especies en peligro y por el que transitan las migraciones de las aves marinas.

Santiago Vázquez, vicepresidente del grupo naturalista Hábitat y uno de los expertos medioambientales consultados por el Concello durante la elaboración del plan, considera que este cumplirá "un papel fabuloso" como herramienta divulgativa si se pone en valor. Según explica, el entorno de A Coruña no cuenta con ningún observatorio como tal, si bien los aficionados usan algunos "pequeños parapetos".

La infraestructura, según el proyecto municipal, consistirá en una pequeña caseta construida en madera, con un almacén, una sala de observación y un aula de trabajo con mesas, desde las que se podrán realizar observaciones a cubierto y tomar apuntes. El acceso estará adaptado para personas con movilidad reducida. Cuenta con un presupuesto de unos 50.000 euros, financiados al 80% por el proyecto europeo Eidus.

El entorno es otro punto importante. Las islas de San Pedro son especiales desde el punto de vista ornitológico porque en ellas duermen en invierno dos especies de cormoranes, el grande y el moñudo. Esta segunda especie, que está en "un declive muy acusado", empezó a llegar a las islas de San Pedro hace tres años. "Estamos asistiendo al nacimiento de una colonia", señala Vázquez, que añade que el nuevo observatorio permitirá contabilizarlos y realizar censos.

De acuerdo con el estudio del proyecto, en las islas también anidan aves como la gaviota patiamarilla, la lavandera boyera y el colirrojo tizón, y se pueden observar otras como el ostrero o el vuelvepiedras.

También es un buen lugar para observar las migraciones de aves marinas. Entre agosto y octubre es un "continuo pasar" de especies como alcatraces, negrones, pardelas o págalos, que pasan tras las islas y, cuando los temporales los obligan, se acercan a la costa y pasan por delante. Además, se pueden ver cetáceos, como los delfines, nutrias y otras especies.

El Ayuntamiento aceptó una de las recomendaciones de los ecologistas, que descartaron ubicarlo en el "hábitat prioritario" de la costa, donde están los brezales y tojales, y propusieron retranquearlo hacia atrás para que "no perdiéramos más naturaleza". Según figura en los planos, la caseta se situará, en una finca a media ladera del monte de San Pedro antes de llegar a la glorieta del paseo marítimo y entre el vial de automóviles y el peatonal.

Vázquez considera que la construcción de la caseta supone una oportunidad para convertirla en una infraestructura "para todo el mundo" y para difundir la cultura ornitológica por la ciudad. Según señala, aunque el tamaño de la comunidad gallega aún está muy lejos del mundo anglosajón, donde los aficionados se cuentan por "millones", el interés por la ornitología está creciendo.

Grupos como Hábitat o la Unión Herculina de Ornitología organizan maratones de avistamiento, observaciones guiadas de aves o actividades de marcaje científico. La ciudad es un buen entorno para aficionarse, ya que cuenta con unas "cien especies", y, al ser una zona de costa, a veces llegan aves raras y "muy llamativas", explica Vázquez.

El vicepresidente de Hábitat explica que los usuarios de la caseta necesitarán prismáticos, y de ser posible telescopios, por la distancia hasta las islas. Aunque señala que pueden pedirse en grupos como el suyo, opina que el Ayuntamiento debería poner material a disposición de los usuarios, además de pedirle que firme con su asociación, que lleva años realizando proyectos en el entorno de San Pedro, un convenio de custodia de la zona.