En estos momentos complicados siempre se dice que sale lo mejor y lo peor de las personas, ¿han recibido gestos bonitos?

Sí, hay gente que nos hace la compra y nos la manda, a veces, sin avisar. Vienen los repartidores con las cajas y nos dicen que es para Padre Sarmiento, 24. Tanto la concejal de Benestar Social, Yoya Neira, como Arturo Parrado, de Política Social, de la Xunta, nos llaman y nos preguntan qué necesitamos, al principio, no tenían nada que darnos, pero ahora ya sí. Una farmacéutica también me reservó un termómetro láser que tenía. Lo que sí que nos dejó la Xunta fue contratar porque tenemos gente en el equipo que es grupo de riesgo, así que, los mandamos para casa. Nos dijeron que no corriésemos riesgos innecesarios y que comprásemos lo que nos hiciese falta, porque, de repente, necesitábamos muchas cosas, desde recipientes hasta comida para llevar. Estamos haciendo 150 bocadillos al día, así que, compramos pan de molde y una máquina cortafiambres.

¿Y los pisos de acogida?

Los tenemos en aislamiento, habilitamos una habitación en cada uno por si aparece un positivo, porque tendremos que funcionar como cualquier otra familia. Hacen teleeducación, la atención psicológica también es por vía telemática, de modo que solo entra y sale un monitor por turno.